Hidalgo del Parral es una ciudad conocida por su gran cantidad de monumentos históricos: 560 para ser exactos, los cuales no sólo poseen un valor histórico y cultural por su antigüedad, sino que además nos hacen rememorar innumerables sucesos comunitarios y familiares, tal es el caso de dos de ellos: la Casa Botello y la Plaza Juárez.
Ubicados frente a frente, en medio del corazón de Parral, la Casa Botello fue un inmueble con características tipológicas propias de la arquitectura habitacional del siglo XIX que en 2016 fue demolida ilegalmente; por su parte, la Plaza Juárez que se presume fue también llamada Plaza de la Botella y aparece en documentos del Barrio de Guanajuato desde 1882, también sufrió pérdidas y muchas de sus elementos constructivos quedaron esparcidas por la localidad. Ambos espacios, afortunadamente, fueron recuperados.
Dichos casos fueron expuestos en el marco del Taller Internacional de Conservación y Restauración de Arquitectura de Tierra (TICRAT). En lo concerniente a la Casa Botello, el arquitecto Alberto Camarena expuso el sabor amargo de esta demolición y los pasos que siguieron para su recuperación, tanto en levantamiento arquitectónico, la evaluación de los vestigios que quedaron y el rescate de los mismos, así como en limpieza del predio, además de la gestión incansable de recursos para llevarlo a cabo.
Gracias al arduo esfuerzo, fue que en 2021 pudo terminarse el proyecto y ahora estar disponible para la gradual realización de eventos culturales: “la verdad es que las fincas tienen que tener un uso para que se puedan conservar, porque abandonadas sufren más desgaste. Poco a poco iremos incursionando en el impulso cultural”, añadió Camarena.
Por su parte, el arquitecto Alfonso Aguirre hizo un recorrido por el Barrio de Guanajuato e hizo énfasis en la Plaza Juárez la cual, tras un largo rastreo a través de numerosas fotografías, documentos y narraciones, pudo recuperar y recrear pieza por pieza de elementos como el kiosco, las bancas, los faroles, e incluso volver a dar vida a la estatua de Benito Juárez que contaba con desgastes y modificaciones en su pintura original.
“Hicimos dibujos con base en las fotografías que teníamos, se detalló muy padre, copiamos esas fotografías, hicimos nuestras propias estimaciones para determinar cuánto medía; sin embargo, en la restauración o la recuperación no se vale andar inventando para no crear un falso histórico”, concluyó Aguirre.
De esta manera, es que a través de espacios como el Taller Internacional de Arquitectura de Tierra, es que el Centro INAH Chihuahua busca acercar a estudiantes, profesionistas y público en general, conocimientos y ejercicios prácticos sobre la arquitectura de tierra y su valor patrimonial, para su aplicación en la vida diaria.