Esta semana es de cambios, sí… de cambios en el sector empresarial.
En principio, el Consejo Coordinador Empresarial de Chihuahua realizará mañana su cambió de mando luego de que el Ing. Francisco Santini Ramos, propietario de la empresa Ripipsa, le ceda el timón a Federico Baeza, uno de los familiares inversionistas de la empresa American Beef.
La sucesión se da en el marco del término de dos ciclos de Santini Ramos al frente del CCE Chihuahua, quien -según los enterados- hizo un intento por fortalecer a ese organismo en la parte interna como en la externa, pero simple y llanamente los tiempos ni las situaciones se lo permitieron.
Es digno de analizar a fondo el caso: el CCE congrega a 18 organismos empresariales, digamos los más fuertes, sin embargo, uno de los más importantes, la Cámara Nacional de Comercio, se deslindó durante la presidencia de Santini, y decidió hacer las cosas por sí solo a pesar de la unidad y el consenso que habían permeado por décadas en el Consejo Coordinador.
En ese sentido, esta semana también seremos testigos del cambio de presidente de la CANACO, después de una acalorada e intensa campaña entre los acérrimos rivales Fernando Mares y Omar Armendáriz, que prevé -incluso- que la asamblea formal de elección esté vigilada por elementos policiacos.
Es obvio que las dos principales corrientes que chocan entre sí dentro de la Cámara no permiten que haya unidad, lo que propicia que en los cambios de presidencia se gesten expresiones demasiado acaloradas.
Pero uno de los aspectos más relevantes que ponemos sobre la mesa es saber si realmente estos dos cambios de presidencia, en dos entes distintos, vendrán a mostrar un nuevo rostro y fuerza del sector, porque, si bien hay ánimo de renovación tanto en la Cámara de Comercio como al interior del CCE, no se ve por ningún lado unidad que derive en estrategias conjuntas para detonar mejores condiciones para los empresarios chihuahuenses.
Y si analizamos este último punto, a todas luces la CANACO le ha ganado la proyección mediática al resto de los organismos, pues con sus ya conocidos magnos eventos anuales y convenios con el Gobierno del Estado y el Municipio, ha dejado clara su intención de posicionarse como el organismo más “influyente” en la ciudad. Pero… ¿Es en realidad todo un método de planeación y acción para tener mayor proyección, o son solo apariencias sin estructura?
Porque en contraparte, al titular saliente del CCE se le vio en reuniones a puerta cerrada en Palacio de Gobierno, en primera fila, con un grupo selecto de empresarios y funcionarios de primer nivel, lo que genera la idea de que hay más “poder” en el CCE que en la CANACO.
No obstante, la unidad dentro del mismo CCE está en duda, pues organismos como Canacintra, Coparmex, Index y CMIC, entre otros, implementaron sus propias estrategias de posicionamiento y representación de manera independiente, solo cruzaron intenciones en algunas iniciativas como “La Fuerza Que Mueve a Chihuahua”, y no más.
Pareciera, dicen los más allegados al CCE, que quien lleva el timón únicamente sirve para hacer acto de presencia en algunos eventos o ruedas de prensa, pero no para emitir posicionamientos claros y contundentes a favor de todos sus organismos agremiados, a manera de contrapeso.
Hay quienes, dentro del mismo sector, le reconocen a Francisco Santini una “gran labor en su gestión”, entre ellos el presidente entrante, Federico Baeza, sin embargo, hay otros que difieren, que aseguran que Santini se ha dedicado a buscar el vínculo con el Palacio de Gobierno y el Municipio para fines diferentes a los de todo el sector.
El reto es sumamente interesante, y tendremos la oportunidad de observar si Federico “Tico” Baeza, como le conocen sus más cercanos, podrá unir de nuevo a la CANACO al CCE, y tomar en cuenta a todos los afiliados al CCE, por más pequeños que estos sean, y saber -sobre todo- si gozará de una estrategia de comunicación real y asertiva, integral dirían algunos, de la que -para muchos- careció el saliente Consejo.