Cade Cowell y la discriminación que padece por aquellos que no lo quieren ver como mexicano
Cade Cowell ha hecho su debut con Chivas. El fichaje del delantero nacido en Ceres, California, Estados Unidos, ha acaparado las mesas de análisis y las primeras planas. El Guadalajara tiene como tradición jugar únicamente con futbolistas mexicanos. Cowell lo es porque su madre es mexicana. No tendría que haber más debate al respecto. Si la ley mexicana lo considera mexicano, ningún juicio de valor podría tener más peso.
Pero el debut del atacante, en el partido del Rebaño Sagrado ante Tigres, dejó ver que será ese hilo: su nacionalidad, el que perseguirán muchos para cuestionarlo. Ya se ha criticado que no hable español y hasta se ha mencionado su aspecto: el tinte de cabello rubio que, según algunas personas por error, le quita el derecho de ser mexicano. Su nombre y su apellido no suenan a mexicano, como sí lo hacían Jesús Padilla, Isaac Brizuela, Miguel Ponce o Alejandro Zendejas, que tampoco nacieron en México pero jugaron en Chivas.
Cowell tendrá que lidiar con la ignorancia de muchos comunicadores y aficionados que lo llamarán ‘gringo’, y lo harán de manera despectiva, aunque esa palabra no lo sea necesariamente, pero así remarcarán su idea de que «no es mexicano». Tiene ambas nacionalidades. ¿Qué es lo complicado de entender? La doble moral los lleva a juzgar con distinta vara. Santiago Giménez tampoco nació en México y nadie ha pegado el grito en el cielo por eso. Juega en la Selección Mexicana y es bienvenido. Y así debe de ser. Como también Julián Quiñones tiene todo el derecho de jugar con el Tri. Es mexicano porque así lo avala la constitución.
El caso con Chivas es más polémico porque, a diferencia de la Selección Nacional, nunca han jugado ahí elementos naturalizados; es decir, que no nacieron en México ni tampoco tienen ascendencia mexicana por sus padres. La doble moral también se deja ver en Chivas. Su presidente, Amaury Vergara, sostiene que mientras sus jugadores sean mexicanos ante la ley, no se rompe la tradición. ¿Y los naturalizados no son mexicanos también ante la ley? La xenofobia está en los dos frentes.
A Cade Cowell habrá de evaluarlo por su rendimiento, no por su nacionalidad ni mucho menos por su look. Así tiene que ser. Es indudable que el estigma de no ser nacido en México existirá. Tampoco se puede negar que sucederá y sucede ya. Ayer, que falló un gol claro ante Tigres, de inmediato brotaron los comentarios diciendo que «el gringo había fallado». Falló Cowell, pero se le notó muy participativo, con condiciones técnicas que Chivas necesitará a lo largo del campeonato. Sólo el tiempo dirá si deportivamente fue un fichaje exitoso para el cuadro rojiblanco.
Chivas perdió y no ha ganado en el torneo. Un empate contra Santos Laguna y el 0-1 ante Tigres en el Universitario. Pero el equipo de Fernando Gago transmite buenas sensaciones. Hay ideas claras de lo que se quiere hacer en el campo. Eso sí, los goles tendrán que llegar para que no existan lamentos futuros y para que el proyecto no empiece a tambalear. Cade Cowell formará parte de esa misión y tendrá que marcar diferencia.
No por ser gringo, no por tener doble nacionalidad, no por causar discusiones fuera del campo. Tendrá que hacerlo porque juega en un equipo que todavía se dice grande y que debe validarlo, y que ha visto a su vecino, América, vivir meses de ensueño. Esa es la encomienda de Cowell en Guadalajara: sumar para recuperar el brillo del escudo, no demostrarle a nadie qué tan mexicano es.