-Un equipo conformado por cuatro profesionales de la salud de la entidad, apoyó con consultas médicas a la población afectada
Cuatro profesionales de la salud, integrantes de las Unidades Médicas Móviles de la Secretaría de Salud de Chihuahua, estuvieron en tierras guerrerenses para apoyar a los damnificados del huracán Otis, que impactó en Acapulco el 25 de octubre.
El equipo estuvo conformado por los médicos Fernando Macías y Emmanuel Berrelleza García, de la Unidad Médica de Agua Zarca, así como por Katia Guadalupe Armenta Sauceda y el enfermero Hugo Noé Miyamoto González, de la Unidad Médica La Caseta.
Tras su regreso a Chihuahua, Macías contó su experiencia en la zona de desastre, a la cual, expresó, viajaron con temor por las noticias que provenían de aquel lugar, en las que se mencionaban la violencia, robos y rapiñas. Sin embargo, mencionó que al llegar a Acapulco se dieron cuenta de que la realidad era diferente, y que la tragedia que dejó el huracán superaba lo que transmitían los medios.
Dijo que durante las tres semanas que estuvieron en laboras allá, desarrollaron su trabajo como lo hacen aquí en la zona serrana y de difícil acceso, y que una vez instalados en un parque o en el exterior de las instalaciones del DIF, la prioridad fue atender a las personas del lugar.
Señaló que en la zona donde se registraron fuertes ráfagas de viento y lluvia, la mayoría de los habitantes presentaron problemas de salud mental como crisis nerviosas, miedo y angustia, así como un estrés post traumático por lo vivido durante el paso del siniestro, por lo que la atención psicológica fue una de las principales acciones que otorgaron a menores, mujeres y hombres que acudieron a consulta.
Además, revisaron signos vitales, dieron seguimiento a personas con enfermedades crónico degenerativas y respiratorias, les dotaron de medicamentos y les dieron recomendaciones de limpieza para evitar infecciones, cloración de agua y lavado de manos.
Expresó que los pobladores agradecieron por el apoyo que les brindaron durante las semanas que estuvieron en Acapulco, lo cual es una de las principales satisfacciones que les dejó esta experiencia.
“Nosotros fuimos con la mentalidad de dar consultas por diferentes padecimientos, y aunque no imaginábamos que la mayoría de las 40 a 60 consultas diarias que otorgamos serían por atención psicológica, platicar con las personas, escucharlos y reconfortarlos fue parte crucial del servicio que brindamos”, comentó el doctor.
Recordó que durante su estancia compartieron un área común con brigadas de otras entidades que participaron en el Programa de Fortalecimiento a la Atención Médica, y mencionó la falta de agua, de alimentos y el hacinamiento como algunas de las condiciones difíciles que tuvieron que afrontar.
Los médicos coincidieron en señalar que el sentido humano, la empatía, la disposición de ayudar, la adaptabilidad y el trabajo en equipo, son fundamentales para desempeñarse en una zona de desastre.