El bebé cumplía un año cuando su madre y su padrastro, bajo el influjo de drogas, lo torturaron, abusaron de él y lo asesinaron
POR RAÚL DURÁNAlabama.- Han pasado cinco años desde que uno de los crímenes más atroces estremeciera a la comunidad de Cullman, en Alabama (EU). El bebé Hoss Wayne Benham cumplía un año de edad; nadie imaginaba que sería el último y sus padres serían los responsables.La madre del bebé, Crystal Ballenger, y la pareja de ella, Jeffrey Hugh Brown, habían llegado al hospital de Cullman con el menor sin signos vitales en brazos, asegurando que se había ahogado en la bañera. Sin embargo, cuando los médicos forenses le aplicaron la autopsia descubrieron que la verdad era mucho más atroz: el bebé tenía 89 heridas en todo su cuerpo, 38 de ellas en la cabeza y el cuello, además de presentar quemaduras en sus pies y heridas en los genitales.
La noticia se tornó aún más escalofriante cuando se supo que el bebé Hoss había sufrido abusos sexuales por parte de su madre y su padrastro.
Los peritos determinaron que el bebé murió tras haber sido sometido a una fuerte tortura física y ser abusado sexualmente por parte de su propia madre y su padrastro, quienes tornaron sus últimas 36 horas de vida en un verdadero infierno lleno de dolor y sufrimiento.
A la luz de las investigaciones, la pareja de asesinos terminó por confesar que ellos fueron los responsables de asesinar al bebé, además de que dieron positivo en una prueba de antidoping.
Crystal y Jeffrey fueron acusados por los delitos de abuso infantil agravado, tortura, abuso sexual y asesinato capital. Tras conocerse el informe de la autopsia, el fiscal del distrito del condado de Cullman, Wilson Blaylock, llegó a solicitar la pena de muerte para la pareja.