El actor español Antonio Banderas reconoció este viernes a Efe que tuvo que hacer una cura de humildad y quedarse en «soldado raso» para poder interpretar el papel protagonista de «Dolor y gloria», la última película de Pedro Almodóvar.
Precisamente «Dolor y Gloria» fue seleccionada ayer por la Academia Española del Cine como su representante a los próximos premios Óscar.
Además, Banderas está presente este año en el TIFF con otra película que también es señalada como una de las más fuertes candidatas a nominaciones a los Óscar: la producción estadounidense «The Laundromat», un film de Steven Soderbergh protagonizado por Meryl Streep y Gary Oldman, además del actor español.
En la alfombra roja del TIFF, Banderas explicó a Efe como su participación en la película de Almodóvar «La piel que habito» (2011) le cambió la forma de actuar tras su larga estancia en Estados Unidos y su participación en el cine estadounidense.
«Cuando llego de América después de 22 años donde no habíamos trabajado juntos («Átame» en 1990 fue su última película juntos hasta «La piel que habito»), llegaba con una maleta llena de cosas nuevas que había aprendido con los americanos, de interpretación, de sentirme más seguro frente a la cámara», dijo.
«Y después de unos cuantos días de ensayo me dice: ‘Esto no me sirve. Probablemente te sirva para trabajar con tus directores americanos, pero no me sirve a mí. ¿Dónde estás tu?'», continuó.
«Y en aquel momento no es que me enfrentara a él, pero sí hubo un rodaje un poco más tenso de lo normal. Sin perder nunca el paradigma de la amistad que nos ha unido siempre y que ha sido una amistad creativa», añadió Banderas.
El actor malagueño recordó como tras ver «La piel que habito» en el TIFF de 2011, «por primera vez con público, de pronto me di cuenta que Almodóvar había sido capaz de sacar de mi un personaje que no sabía ni que tenía. Y eso me hizo reflexionar mucho. Y una reflexión que tiene que ver con la humildad».
«Y me prometí que si volvíamos a trabajar juntos de nuevo, tendría que descender a un territorio donde pudiéramos trabajar de una forma distinta», añadió.
«Cuando me llamó para hacer esta película, me saqué lo galones, y me presenté ante él como un soldado raso con dos preguntas: ¿por qué quieres hacer esta película? y ¿por qué quieres que la haga yo, por qué quieres que te represente a ti?», explicó.
«Realmente ahí había envuelto un punto de confianza que él había depositado en mí y que también me daba un poquito de tensión. Pero creo que nos entendimos muy pronto. Creo que desde ese punto de vista no fue doloroso en absoluto, el rodaje fue más bien glorioso y avanzamos muy bien», terminó señalando.