Entre el velo y el veto, El-masry fue detenida desde abril del 2020 junto con otras mujeres, como parte de una pesquisa para detener la propagación de una serie de fotografías y videos publicados en redes sociales donde se muestran moviendo las caderas al ritmo de antiguas danzas tradicionales, lo que es considerado como una grave ofensa para el gobierno.
El tribunal económico de delitos menores de El Cairo, señaló que la bailarina había violado los principios y valores familiares en Egipto, así como también al establecer, administrar y usar sitios y cuentas en las redes sociales con el objetivo de cometer “inmoralidad”.
Refiriéndose particularmente a Tiktok, la red de videos cortos cuyo contenido es calificado en el país de Medio Oriente como un sugerente sexual, que destruye los valores y tradiciones familiares con actividades que están prohibidas por ley.
The Guardian recoge las declaraciones de John Talaat, miembro del parlamento, quien hizo hincapié en que “Hay una gran diferencia entre libertad y libertinaje”, por lo que presionó para que se tomaran acciones legales contra El-masry y otro puñado de usuarias de Tiktok, que gustan de presumir sus habilidades del ‘Belly Dance’.
Las otras mujeres detenidas, correrán la suerte que la bailarina de 42 años, como parte de la Ley de delitos cibernéticos que opera desde el 2018 en Egipto, como una de las consecuencias de la regulación del Internet. Alguien dígale a Shakira que se abstenga de visitar la nación.