La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Ataque Ruso a Ucrania: el regreso de las dictaduras.
· Arturo Zaldívar: su confesión confirma la inexistente división de poderes.
Rusia ha atacado a Ucrania, dando así comienzo a una guerra que el líder ruso Vladimir Putin nunca aceptó evitar, pese a los esfuerzos diplomáticos de la ONU, Europa y Estados Unidos. Al parecer ha vuelto el tiempo de padecer las acciones emanadas de dictaduras que se empecinan en vencer -antes que convencer-, aunque se carezca de razón, y mediante el uso de la fuerza y el poder. Así, Ucrania ha sido víctima de los primeros embates de Rusia, ocurridos el 23 de febrero de 2022, con saldos mortales que registraron tan solo en el primer día de operativos bélicos 58 muertes y varios heridos.
Muchos ciudadanos del mismo pueblo ruso han salido a protestar a las calles, ante la ofensiva militar ordenada por su presidente Putin. El resultado ha sido la detención de cientos de personas. Es pertinente decir que Rusia tiene una legislación restrictiva que prohíbe las manifestaciones “no autorizadas”, lo que constituye un verdadero límite a las libertades de reunión y expresión. ¿Han regresado el autoritarismo y las dictaduras al escenario internacional? Así parece ser, sin embargo, es innegable que estamos ante un conflicto que generará inestabilidad mundial.
Las recientes revelaciones hechas por el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, pintan de cuerpo entero ese secreto a voces que siempre ha campeado en la opinión pública de México, cuando se trata de definir la relación entre los poderes Judicial y Ejecutivo. El máximo representante de los órganos de impartición de la justicia en nuestro país reconoció públicamente las presiones que recibió en el año 2010, por parte del entonces presidente Felipe Calderón -a través Fernando Gómez Mont, quien fungía como Secretario de Gobernación-, para cambiar el sentido de la resolución sobre el caso del trágico incendio de la guardería ABC, ocurrido en junio de 2009, cuyo saldo fue la muerte de 49 niños.
Asimismo, Zaldívar declaró que el motivo de tales presiones fue proteger desde la Presidencia de la República a la familia de Margarita Zavala -esposa del presidente Calderón-, y a algunos altos funcionarios gubernamentales, que estarían involucrados en el asunto –responsabilidad por negligencia, seguramente-. Así, Zaldívar, mediante la franqueza y explicitud de sus declaraciones en cierto modo ha contribuido a afianzar aún más la imagen que se tiene de la perniciosa politización de la justicia en México. Para nadie es un secreto que los intereses políticos del momento y las coyunturas de ocasión históricamente han sido señalados como factores de la subordinación del Poder Judicial ante los designios del Ejecutivo. Ejemplos de ello también se han dado durante el sexenio actual, cuando en algunas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador ha intentado influir en las determinaciones y la vida interna
de la SCJN y del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Sin duda, las confesiones del ministro Zaldívar confirman que en México la división y autonomía de poderes siempre ha tenido un carácter aparente.