2024 va a ser, según los numerosos análisis que se publican estos días, un año convulso. Hay elecciones en Estados Unidos, el extremismo crece en los parlamentos y alcanza el poder en muchos lugares, se desarrolla una batalla económica con China que no cesa y la guerra, lamentablemente, continúa. Vayamos a las predicciones o pronósticos concretos. Si los tribunales no lo impiden, resulta una posibilidad importante que Donald Trump regrese a la Casa Blanca. Y ello tendría consecuencias para el mundo entero. Trump no parece muy dispuesto a financiar la guerra de Ucrania contra su amigo Putin y tampoco se mostró nunca partidario de respetar consensos democráticos básicos. Malos tiempos para la democracia The New York Times habla en un artículo de 2024 como «un año muy tenso para la democracia». Trump puede ganar, Putin seguro que se afianzará en el poder con las elecciones que se celebrarán en marzo y las victorias de Milei, Meloni y otros líderes populistas de derecha durante 2023 cambiaron los equilibrios tradicionales de la política internacional.Puede haber una excepción en un panorama con las derechas al alza. Se desconoce aún la fecha pero hubo ya un anuncio por parte del actual gobierno conservador señalando 2024 como el año de las elecciones en Reino Unido. Todas las encuestas dan una victoria abrumadora a un Partido Laborista que viró a la moderación tras la etapa de Jeremy Corbyn. (En la imagen, el líder laborista Keir Starmer). La anunciada contraofensiva de Zelenski en la guerra de Ucrania fue un fiasco. El conflicto parece congelado, condenado a alargarse, y eso a quien más hace daño es al bando ucraniano. Zelenski anunció que necesita 500.000 soldados más para seguir luchando pero, según diversas crónicas, su pueblo está cansado. Por vez primera desde que empezó la guerra, Zelenski se enfrenta a críticas internas. ¿Puede ello derivar en un escenario propicio para la negociación entre Rusia y Ucrania? Todo es posible.
Mención aparte merece el conflicto entre Israel y Palestina, recrudecido y que en 2024, según todos los analistas, no sólo no parece que vaya camino de resolverse sino que puede empeorar
Tras un 2023 en el que los economistas auguraron una dura crisis (por la guerra, el radical cambio climático, la inestabilidad geoestratégica, la inflación….) que nunca llegó, ahora los expertos prefieren hacer un pronóstico menos drástico y más amable: quizá haya desaceleración pero no una recesión profunda.
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The Economist tituló uno de sus artículos: ‘2023 fue un año terrible para los economistas’, ya que no acertaron en sus apocalípticos augurios. The Wall Street Journal, ya en octubre de 2023, señalaba que la recesión que anunciaban los expertos no llegaba aunque todavía existía un 50% de que aconteciese. ¿Y en 2024?
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En 2024, según una serie de entrevistas con expertos realizada por la CNBC, los economistas creen que la fiesta económica (boom del turismo, bajo nivel de paro, etc) va a ir concluyendo. No obstante, visto lo visto, apuestan por un «aterrizaje suave» o, como mucho, «una recesión leve». Lo señalan para Estados Unidos pero es, más o menos, el mismo pronóstico en otros muchos lugares del mundo desarrollado.
La crisis climática continúa y la temperatura del planeta sigue aumentando. Según CNN, la NASA pronostica un 2024 aún más caluroso que 2023, debido, sobre todo, al fenómeno de El Niño, calentamiento cíclico de las aguas del Pacífico que ya se dejó notar pero al que le falta su máximo apogeo que sufriremos en los próximos meses.
Otro fenómeno que crecerá es el de las migraciones masivas: por la inestabilidad política pero también por una crisis climática que provoca seguías, hambrunas, etc.
Y resulta obvio que 2024 será el año en que, seguramente, veremos si la Inteligencia Artificial se consolida como elemento de futuro y de qué manera.
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De hecho, en la lista de avances médicos para 2024 realizada por Nature, hay varios en los que la Inteligencia Artificial está implicada. Por ejemplo, un revolucionario sistema de detección precoz del cáncer de mama. Pero hay más.
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Nature cree que hay altas posibilidades de lograr, por fin, la vacuna contra el VIH en 2024. Y, además, incluye en la lista de avances médicos inminentes el uso de células madre contra el Parkinson o la inmunoterapia para el melanoma.
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Y en cuanto a diversión, tendremos en julio y agosto de 2024 los Juegos Olímpicos de París. Un entretenimiento global y todo un acontecimiento.
Pero, como bien demostró al irrupción de la pandemia de Covid, que paralizó el mundo y nos cambió, nada está escrito y el futuro puede depararnos acontecimientos (hermosos o terribles) absolutamente inesperados. ¡Suerte y que todo vaya bien!
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