La comisaria europea de Sanidad confesó que los gobiernos «reaccionaron mal» ante el virus.
El estallido de la pandemia encontró a la Unión Europea con el pie cambiado. La mayoría de los gobiernos no entendieron la dimensión de la crisis sanitaria que se les venía encima, y cuando lo hicieron ya contaban muertos por decenas o centenares al día.
El Sars-Cov-2 también mostró las costuras de unos sistemas sanitarios que, salvo excepciones como en Alemania o Bélgica, se vieron desbordados en los países donde hubo más contagios.
Con los meses se fue reaccionando y mejorando tanto la coordinación a nivel europeo como los medios para hacerle frente a la pandemia, pero la Unión Europea no tiene apenas competencias en materia sanitaria y de salud pública, que siguen siendo nacionales. Ante ese panorama, y con la idea de preparar mejor al bloque para futuras pandemias, la Comisión Europea presentó este miércoles sus planes para asumir parte de esas competencias.
Según explicó la comisaria europea de Sanidad, Stella Kyriakides, se trata de dar más medios y responsabilidades tanto a la Agencia Europea del Medicamento (que por ahora se limita a aprobar los remedios que se pueden comercializar en el continente) como a la Agencia Europea de Prevención y Control de Enfermedades.
Y de crear una nueva para emergencias sanitarias. Esas reformas serían solo un primer paso. A medio plazo se iría a la creación de una Unión Sanitaria Europea que haría que Bruselas asumiera aún más competencias.
Al principio de la crisis vimos cómo la fragmentación puede hacer más vulnerables a los Estados miembros. Vimos, en las primeras semanas, los efectos de las medidas nacionales descoordinadas
Kyriakides hizo el miércoles un ejercicio de confesión. Reconoció que los gobiernos europeos reaccionaron mal, tarde y sin coordinarse y que eso generó “confusión y desconfianza” entre los ciudadanos. También que la Comisión Europea no estaba preparada para ayudar a los países que más sufrieron en los primeros momentos, sobre todo Italia y España.
La comisaria cree que la pandemia fue, a la vez, un momento de “despertar” para las capitales: “Al principio de la crisis vimos cómo la fragmentación puede hacer más vulnerables a los Estados miembros. Vimos, en las primeras semanas, los efectos de las medidas nacionales descoordinadas. Hubo falta de preparación”. Bruselas considera ahora que, para evitar eso en una próxima pandemia, necesita más competencias.
La comisaria quiere, para empezar, que los Estados miembros comuniquen continuamente a Bruselas la capacidad de sus sistemas sanitarios y que funcionarios europeos vigilen los planes de los gobiernos para anticiparse a otras crisis sanitarias.
Kyriakides explicó también que quiere crear una nueva agencia, la Autoridad Europea de Respuesta a Emergencias (Hera, por sus siglas en inglés), que tendrá como función disponer de todo lo necesario para responder a muy corto plazo a crisis similares.
Por ejemplo, evitando que los gobiernos europeos terminen acudiendo a la desesperada a un mercado mundial de medios y medicamentos que se convirtió, en marzo y abril, en una subasta a nivel global.
Una de las reformas que pueden generar más polémica entre los gobiernos es la de reforzar a la Agencia Europea de Prevención y Control de Enfermedades para que pueda hacer “recomendaciones” en materia sanitaria a los Estados miembros. Durante esta pandemia solo ha podido ofrecer asesoramiento técnico y ni siquiera ha podido estar segura de que los datos que le enviaban los gobiernos eran fiables.
Tendrá, de aprobarse los planes de la Comisión Europea, hasta personal que podrá desplazarse a los Estados miembros para auditar los planes de respuesta a crisis sanitarias y para ayudar si se necesitan expertos.
Podrán, por ejemplo, hacer “pruebas de resistencia” de los sistemas sanitarios, similares a los test de estrés que se hace a la banca para saber si es capaz de sostenerse por sus propios medios ante una crisis financiera.
Kyriakides cree que esas medidas harán que la Unión Europea esté mejor preparada “porque desarrollaremos planes europeos y nacionales de preparación y respuesta para crisis que auditaremos regularmente. Nos aseguraremos de que las existencias no estén solo en el papel, sino también en la realidad”.
IDAFE MARTÍN
BRUSELAS