La competencia entre los dos héroes de acción de los ’80s y ’90s se fue de las manos
Ninguno olvida la rivalidad que vivieron en los 80s y 90s. Ahora son amigos, pero Sylvester Stallone, 77, y Arnold Schwarzenegger, 76, no pierden oportunidad de recordar la rivalidad carnal que protagonizaron en aquella época. Quién usaba los cuchillos más grandes, las armas más grandes, quién podía disparar con una sola mano, quién tenía más músculos, más definición física, menos grasa corporal… La competencia era tan irrealista que Schwarzenegger comenzó a correr en sus películas con metralletas que solo se pueden usar en helicópteros. “Peleábamos por cosas estúpidas”, reconoce la estrella de Terminator en Sly, el documental sobre la vida de su contrincante estrenado en Netflix, apenas unos meses después de contar lo mismo en su propia serie, Arnold, en la misma plataforma.
Que saquen a relucir los trapos sucios del pasado por enésima vez no debería sorprender a nadie. Después de todo, fue una rivalidad legendaria que definió el cine de acción y el héroe de masculinidad ruda de aquellos años. La batalla comenzó en los Globos de Oro de 1977 cuando Stallone arrojó un jarrón de flores en dirección de su competencia (lleno de lirios y tulipanes para ser exactos), celoso porque Arnold había ganado el premio al Mejor Debut por Stay Hungry mientras él se marchaba con las manos vacías en las categorías de Mejor Guion y Actor por Rocky (aunque ganó el premio máximo a Mejor Película en Drama). Desde aquel momento, la batalla no hizo más que crecer, afectando sus carreras, ambición y hasta la toma de decisiones. Porque no fue una competencia limpia. Y existe un fracaso que lo refleja.
EL MAYOR ARREPENTIMIENTO DE STALLONE
Sylvester Stallone rinde homenaje a su vida y carrera a lo largo de los 96 minutos que dura Sly, repasando su infancia, la difícil relación que mantuvo con su padre, la ambición que lo llevó a hacer historia con Rocky y el legado que lo une a su personaje más legendario. Sin embargo, se queda corto. A diferencia de Stallone que hace lo mismo a lo largo de tres horas a través de una de las series documentales más interesantes de Netflix, compartiendo anécdotas con lujo de detalles, Sly se siente como un repaso entrañable pero al que le faltan muchos detalles. Y es por eso que les traigo esta anécdota. Porque si bien los dos actores la mencionan a mitad de la película, lo hacen sin profundizar en los detalles que reflejan la batalla campal que vivían en Hollywood.
Les hablo de ¡Para o mi mamá dispara!, la comedia que Stallone protagonizó en 1992 y donde interpretaba a un policía con una madre (Estelle Getty) que se inmiscuía en todos los aspectos de su vida, incluyendo su trabajo. Fue una producción que hizo motivado por la competencia con Schwarzenegger y que terminó siendo el mayor arrepentimiento de su carrera. “La ves y piensas que estaba drogado. No hay otra. No es posible que haya pasado”, se burlaba Stallone de su decisión en una entrevista con Variety en 2019.
Sylvester cuenta que fue el largometraje que “más lo alejó” de su esencia mientras su ‘amigo’ deja entrever el plan maquiavélico que había forjado para hacer que Stallone fracasara. Y digo ‘deja entrever’ porque, como la mayoría de anécdotas que se cuentan en Sly, se dejan muchos detalles jugosos en el tintero. Pero no pasa nada. Se los cuento a continuación. Porque realmente esta historia no tiene desperdicio.
“Cuando leí el guion, dije: ‘No creo que pueda venderla, pero no les diré que no la haré’”, recuerda Schwarzenegger en Sly. “El estudio dijo de inmediato: ‘Arnold quiere el guion’. Sly se volvió loco por el hecho de que yo quería hacerla y se comprometió a hacer la película y la hizo”.
Esa es toda la mención que se hace a una película que simbolizó un puñal en la carrera de Stallone. Pero hubo más.
Porque mientras Schwarzenegger hacía Depredador, Stallone hacía Rambo. El primero protagonizaba Comando, entonces el segundo rodaba Cobra. Y así con todo en sus carreras. Como dijo Stallone hace unos años a Variety, la rivalidad era tan intensa que “no soportábamos estar en la misma galaxia”.
Por eso, cuando Arnie se lanzó a la comedia con éxito de la mano de Gemelos y Un detective en el kínder, el segundo buscó superarlo. Pero no sabía que había una jugada sucia de por medio.
Porque si Sylvester Stallone protagonizó una película tan mala como ¡Para o mi mamá dispara! fue porque su rival consiguió orquestar un plan maquiavélico diseñado para arruinarle la carrera. Y es que la historia no fue simplemente que Arnold se olvidó o evitó mencionar que no estaba interesado en protagonizarla como parece sugerir en Sly, sino que había leído el guion y enseguida reconoció que no sería una gran película. Pero mantuvo en secreto su rechazo con la intención de hacer creer al estudio que podía estar interesado. De esta manera, cuando Stallone supiera de su interés se sentiría motivado a competir y hacerla en su lugar. Y el plan funcionó.
“También hice algunas películas que fueron malas”, dijo Arnold Schwarzenegger en Beyond Fest Q&A en 2017, vía Slash Film. “Pero ésta fue realmente mala. Así que me lancé -esto sucedió durante nuestra guerra [con Stallone]- y me dije a mí mismo: ‘Voy a filtrar que tengo un interés tremendo’. Conozco cómo funcionan las cosas en Hollywood. Luego les pediría mucho dinero y dirían: ‘Vamos a dárselo a Sly. Tal vez podamos conseguirlo más barato’”.
“Y entonces le dijeron a Sly: ‘Schwarzenegger está interesado. Aquí están los recortes de prensa. Ha hablado del tema. Si quieres arrebatárselo, está disponible». ¡Y picó el anzuelo!”, recordaba. “Una semana después me enteré: ‘Sly está firmando ahora para hacer esta película’. Y dije, [cerrando el puño] ‘¡Sí!'»
Es más, Schwarzenegger dijo a Jimmy Kimmel en 2019 que el guion le había parecido “un pedazo de mierda” y que después de filtrar su interés fingido para engañar a Stallone, su rival lo contactó para asegurarse que podía vencerlo. “Sly me llamó, ‘¿alguna vez te han hablado de hacer esta película?’”, le preguntó. “Y dije, sí, que estaba pensando en hacerla. Que esta película era una idea realmente brillante. Cuando escuchó eso, como estaba compitiendo, dijo: ‘Cueste lo que cueste, haré la película’. Y, por supuesto, la película fue un desastre”.
Stallone confirmó la anécdota en una entrevista de 2022 para The Hollywood Reporter, revelando que efectivamente se dejó llevar por la mera ambición de querer pisar a Arnold. “Supe que Schwarzenegger iba a hacer esa película y dije ‘le voy a ganar’. Creo que me tendió una trampa”, decía. Y así fue. Una trampa en toda regla.
“En aquellos días hacíamos todo tipo de locuras para adelantarnos en nuestra rivalidad. Por suerte para nosotros y para todos, hoy, nos apoyamos unos a otros. Gracias a Dios, porque seguramente no necesitamos otro ¡Para o mi mamá dispara!”, confirmaba Schwarzenegger en la misma entrevista.
Y FINALMENTE ENTERRARON EL HACHA DE GUERRA
Los planes maquiavélicos y la competencia llegó a su fin poco después en la misma década cuando se dieron cuenta que eran parecidos. “Nos reunimos y dijimos ‘esto es estúpido’”, recordó Schwarzenegger según Fortune sobre el día que hicieron las paces. Tomaron la decisión de trabajar juntos y, en el proceso, se hicieron grandes amigos. “Fantásticos amigos”, según dicen en Sly.
Cofundaron el restaurante de Planet Hollywood junto a Bruce Willis y Demi Moore y rodaron juntos películas como Escape Plan y Los indestructibles mientras que se auto homenajean en sus redes sociales cada dos por tres.
Ya no compiten por sentarse en el trono del cine de acción, por ver quién mata más villanos en sus películas o quien tiene los músculos más grandes. Lograron encontrar en sus similitudes el camino para acercarse y apoyarse mutuamente.
Este artículo fue escrito en exclusiva para Yahoo en Español por Cine54.