EL TEMA de la pandemia con sus semáforo colores oficiales, inventados, subidos y bajados de tono, están mas reborujados que las candidaturas chapulineadas de los partidos políticos en esta elección.
Un comunicado de Gobernación de Estado, da cuenta que los restaurantes bar, tienen un horario normal, es decir, hasta las dos de la mañana, con un aforo del 30 por ciento en el interior y un 50 por ciento en el exterior para quienes cuenta con terrazas y/o las hayan improvisado.
Las confusiones desde luego se genera desde palacio de gobierno. Unos días antes colocan a la región sur en naranja casi rojo, con ley seca parcial y toda la cosa, y ahora resulta que a los restaurant con licencia de bar pueden continuar en horario de la normalidad.
Por si el reborujo no fuera suficiente, “la autorización” para los restaurantes viene de Gobernación y no de la Secretaría de Salud; mucho menos del Consejo Estatal de Salud que de plano ya no ni se reúne.
El gobernador Javier Corral, o por lo menos el Secretario de Salud, el contador (estatal), deberían poner orden, porque ahora los chihuahuenses o saben a quién obedecer en eso los lineamientos y restricciones pandémicos.
La anarquía oficial provoca que otros sectores se inconformen y hasta se manifiestan en las calles y en las plazas; por qué los restaurantes sí, y las cantinas, iglesias, gimnasios y salones de eventos no, es la pregunta inicial.
O en general la región Chihuahua como ahora le llaman, se preguntaría por qué al centro sur y la sierra se le coloca en el color naranja al rojo vivo, mientras que a la zona norte en amarillo, cuando Ciudad Juárez, sigue siendo el centro de la Pandemia covidesca, eso dicen los números oficiales.
EN LA CAPITAL, los momios se van cerrando entre los Marcos, en donde lo más seguro, es que el próximo alcalde, tendrá ese nombre de pila y el apellido será Bonilla o Quezada, el resto de los contendientes no tiene posibilidades.
La encuesta de esta semana de Massive Caller, por cierto, señalada como pro panista por su origen, da cuenta de una disminución del candidato panista Marco Bonilla Mendoza en 10 puntos, si se considera que en su arranque en inter-campaña arrancó con 38 porcentuales, 18 por ciento arriba de Marco Quezada Martínez por Morena, sin que éste último, haya sido denominado el candidato del partido guinda.
El reciente reporte de la encuestadora indica que Bonilla cayó 10 puntos lo que lo ubica en 28 puntos, mientras que Quezada con un 22.2 por ciento.
Refleja que si la tendencia continúa. La campaña que inicia el fin de este mes, ambos van a arrancar muy parejos.
Por lo tanto Morena, deberá cobijar a Quezada y éste a su partido. Por el otro lado, Bonilla debe fortalecer el efecto Maru con su capital político en la capital, pero a la vez, arroparse de la candidatura estatal.
Quien elaboré y desarrollé mejor esta subjetiva premisa, llegará a buen puerto, por ahora el pronosticó final está reservado.
CÓMO andarán los niveles en la política chihuahuense, la institucionalidad y el comportamiento de los poderes tradicionales y formales, hasta el límite que un magistrado dice que el gobernador Corral está loco.
Como se lee y conceptualiza; la locura del gobernador viene por la persecución política y excesiva de su compañera de partido y ahora candidata a la gubernatura, María Eugenia Campos Galván, por la suspensión del notario 04 de la capital Luis Raúl Flores, la no reinstalación del magistrado Jorge Ramírez y la golpiza que en la frontera le propinaron a la candidata priísta, Adriana Fuentes Téllez.
De ese tamaño es el dicho del magistrado Luis Villegas Montes, también de origen panista, en contra del gobernador, su ex cliente de despacho de abogados durante muchos años.
Podrían ser argumentos suficientes (más otros), el caso es que el dicho del magistrado está en redes y medios formales, la cuestión es que no lo dice un dolido vecino de barrio, ni siquiera un vendedor de cristal, detenido, remito y hasta con cobra de cuota por la poli.
La demencia de Corral, es un tema que se empieza a debatir en forma ni tan callejera, ante la imposibilidad de que en el pleno racional, exista explicación cuerda de sus actuaciones.