Alimentos que no pueden faltar en el altar de Día de Muertos Hablar de la muerte nos remite a dolor, tristeza y sentimiento pero, en México, se celebra con cariño, tradición, colores y, sobre todo, olores y sabores. Si hablamos de la festividad de Día de Muertos en automático pensamos en las películas como Spectre de James Bond o la más querida, Coco de Pixar.
La celebración del Día de Muertos se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre, y es en estas fechas donde recordamos, celebramos y nos reencontramos con los seres queridos que han fallecido.
Desde 2003, la celebración es considerada como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Pues más allá de una fecha; es una tradición que data de los antiguos pueblos prehispánicos, donde su visión implicaba el retorno de las ánimas al mundo de los vivos para convivir, por unos días, con sus familiares y recordar la esencia de cada alimento a través de la tradicional ofrenda de Día de Muertos .
Según el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, INPI, la ofrenda es un ritual colorido donde, las personas que la ponen, están representando u honrando un reencuentro con sus fieles difuntos a través de la memoria, se le considera un acto sagrado.
Año con año, las familias mexicanas colocan ofrendas decoradas con flores de cempasúchil, papel picado, calaveritas de azúcar, pan de muerto, mole o algún platillo que le gustaba a familiares a quien va dedicada la ofrenda. Aquí te decimos algunos alimentos que son muy frecuentes en el altar.
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«Día de Muertos en Mixquic» / INPI
Agua
Representa la fuente de la vida, es indispensable colocar un pequeño vaso para que las ánimas mitiguen su sed, después de su largo recorrido y regreso, así como el cielo continuo de la regeneración de la vida y de las siembras. En algunas creencias se dice que también representa la pureza del alma del difunto.
Pan de Muerto
El tradicional pan a base de harina, huevo y espolvoreado con azúcar; que simboliza los huesos y el ombligo de un muerto o una pequeña cruz. Asimismo, el pan es la representación de la eucaristía, que se agregó poco después de la conquista por los evangelizadores como el “cuerpo de cristo”.
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Jhocelin Gonzalez / Unsplash
Tamales
Es un alimento festivo, tradicional y social que forma parte del altar, pues las personas se reúnen para conversar y recordar al familiar mientras lo preparan. Desde su elaboración representa las raíces de nuestros antepasados por la base del maíz y de su hoja, es común que se rellenen con pollo o cerdo.
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Mole
Se volvió en un platillo de identidad regional de origen prehispánico, este se fue transformando en una variedad de guisos con diferentes colores, sabores acorde a cada lugar.
Entre algunos testimonios históricos, se menciona que el totolmole era ofrendado, a través de una ceremonia con los dioses, por los pueblos prehispánicos para rendir agradecimientos a sus muertos.
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Archivo / El Universal
Dulce de calabaza
La calabaza, es un alimento que está presente en nuestra comida, pero por la celebración, toma mayor relevancia por el dulce de calabaza. Este postre, en Puebla, se le conoce como “calabaza de tacha”, porque se prepara en un traste llamado “tacho”.
Su preparación consta en agregar la calabaza, en trocitos, junto a un poco de azúcar, miel o piloncillo para agregar un poco de canela y darle más sabor.
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Bebidas
Los famosos “tragos” son las bebidas favoritas que disfrutaban las ánimas, así como traerles algún recuerdo agradable. Normalmente, suele ser un pequeño “caballitos” de mezcal, tequila, pulque o alguna bebida alcohólica para acompañar su visita y alimentos.
También se le puede agregar algún café de olla, atole o una taza de alguna bebida caliente para hacerles sentir un poco de calor.
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Calaveras de azúcar
Hacen alusión a la muerte que siempre está presente entre los vivos y las almas. En su mayoría, están hechas de azúcar, pero las hay de barro, yeso o de plástico, y tienen decoraciones muy coloridas a su alrededor con betún o amaranto, ajonjolí y demás.
En algunos Estados se dice que las calaveras chicas son dedicadas a la Santísima Trinidad y, las que son más grande al Padre Eterno.
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Padrinan / Pixabay
Sin duda, el Día de Muertos en México está lleno de un misticismo que provoca curiosidad y fascinación a partes iguales en el resto del mundo, así como es una fecha donde el recuerdo, la celebración y alegria premia en el ambiente, pues las personas saben que podrán sentir que sus seres queridos están una pequeña noche junto a ellos; a través de sus alimentos, bebidas y objetivos favoritos que tenían cuando estaban entre los vivos.
|Con información de: Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo “El altar de los muertos” e Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal.|
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