Alexa Moreno conquistó el oro en la Copa Mundial de Gimnasia Artística celebrada en París, Francia. La mexicana subió a lo alto del podio, demostrando que la paciencia, disciplina y constancia son unas de sus tantas virtudes como mujer y deportista.
La trayectoria de Moreno, la campeona de México ha tenido altas y bajas. A lo largo de los años ha enfrentado constantes críticas relacionadas con los estereotipos de cómo debería lucir una gimnasta.
Uno de los episodios más crudos lo vivió tras su participación en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde fue blanco de burlas y chistes por su aspecto físico.
Los ataques la hicieron tener miedo y muchas veces pensó en dar la razón a sus detractores, pero no se dejó vencer. Así lo plasmó en su libro «Alexa Moreno: Singular y extraordinaria».
ALEXA MORENO, LA CAMPEONA QUE VENCIÓ EL BULLYING
En enero de 2023, la deportista concedió una entrevista a La Saga, programa conducido por Adela Micha. Ahí recordó algunos de los momentos más impactantes de su vida:
En 2016, Alexa tenía tan solo 22 años cuando compitió en los Juegos Olímpicos de Río, pero no fue su participación lo que dio de qué hablar ni sus logros como gimnasta, sino su complexión física.
«Cuando supe fue un poquito difícil, fue un poquito duro porque a nadie le gusta que lo critiquen, pero ya pasó (…) Yo era muy consciente de que lo que estaban diciendo no tenía sentido porque las personas… mi entrenador o la técnica de la federación me dijeron «¿hiciste buen trabajo?, y esas personas saben de gimnasia, saben quién soy», recordó.
Moreno no sólo se convirtió en una campeona dentro de la disciplina, también en darle poca importancia al acoso y las burlas.
Alexa explicó «lógicamente dije, de verdad estas personas no valen la pena mi atención y no me va a ayudar a crecer tampoco, no es una crítica constructiva», y destacó el papel que juegan las redes sociales en deportistas como ella.
«Es difícil y las redes sociales son un arma de doble filo, yo por eso no me meto tanto», enfatizó.
Alexa Moreno comenzó a practicar gimnasia desde los tres años y por idea de su mamá se metió a competencias deportivas, las cuales la hacían sentirse emocionada, tanto como «un shot de adrenalina».
Años después entendió que las críticas no restan mérito a su esfuerzo:
«Darme cuenta de que había muchas personas detrás de mí que me estaban apoyando. Al final me convencí de que había hecho un buen papel, que había hecho mejores resultados de los que habíamos pronosticado, que había hecho una buena competencia. Eso era lo que valía la pena», declaró en una entrevista para Olympics.