Al rescate de México
Por: Rodolfo Peña Fárber
RESCATAR es salvar, liberar o recuperar algo que está en riesgo o en peligro, o bajo el dominio de agentes o elementos perniciosos e inconvenientes, como en el caso de la Nación mexicana, a la que estamos viendo dejarse sumergir en un proceso disolvente de corrupción y debilitamiento moral, espiritual y económico que afecta a todos los sectores de la población, en el que están perdiendo su validez en nuestro ambiente los Principios universales inmutables de la Ley de Dios y, por supuesto, las Leyes civiles, las tradiciones y las reglas normales de la convivencia social.
En este ambiente no se puede dar formación sólida y confiable a hombres sabios, nobles y virtuosos, aptos para gobernar, legislar, juzgar o cualquier función pública, que exigen inmaculada pureza de intención, ni se puede formar mujeres castas, recatadas, pudorosos y virginales que en el hogar y la sociedad sea un modelo edificante, para garantía del orden social.
Nuestra idiosincrasia católica, sentimientos nacionales, carácter y patrimonio espiritual están siendo despreciados y apachurrados por una ola extranjera asfixiante que interpreta la vida de manera equívoca y contraria nuestras tendencias y costumbres tradicionales, ocasionando una incomodidad y desajustes emocionales.
EL RESCATE DE MÉXICO consiste en zafarnos de esa hegemonía extranjera, que se ostenta a través de los Estados Unidos en especial y del globalismo en general.
Muchos mexicanos, por ignorancia, frivolidad o intereses mezquinos, sirven de cómplices a los extranjeros que intervienen inmoral e ilegalmente en nuestro ambiente y deciden nuestra política pública en muchas maneras y actividades. EL RESCATE es imperiosamente indispensable.