En la investigación que publica la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society los astrofísicos del ICE y del IEEC, dirigidos por Mar Mezcua, estudiaron 72 agujeros negros en algunas de las galaxias más brillantes y masivas del Universo, ubicados en el centro de cúmulos de galaxias que se encuentran a distancias en torno a 3,500 millones de años luz de la Tierra.
Para ello emplearon datos del observatorio de rayos X Chandra de la NASA y datos en las longitudes de onda de radio del Australia Telescope Compact Array, del Karl G. Jansky Very Large Array y del Very Long Baseline Array de Estados Unidos.
Mezcua y sus colaboradores han estimado las masas de los agujeros negros de estos cúmulos de galaxias empleando una relación entre las masa de un agujero negro y la emisión en radio y rayos X asociada a él.
Según explicó Mezcua, «hallamos que las masas de los agujeros negros eran diez veces mayores que las estimadas por otro método que asumía que los agujeros negros y sus galaxias crecían a la vez».
«Hemos hallado agujeros negros que son mucho más grandes de lo que esperábamos. Quizás empezaron antes la carrera para crecer o, quizás, han tenido una ventaja en su velocidad de crecimiento que ha durado miles de millones de años», dijo Mezcua.
Los investigadores se encontraron con que casi la mitad de los agujeros negros de su muestra tenían unas masas de, como mínimo, 10,000 millones de veces la masa del Sol, lo que los sitúa en una categoría de masa extrema que algunos astrónomos denominan agujeros negros «ultramasivos».
«Sabemos que los agujeros negros son objetos extremos», señaló la coautora del estudio Julie Hlavacek-Larrondo, de la Universidad de Montreal, «por lo que posiblemente no sorprenda que los ejemplos más extremos rompan las reglas que pensábamos que deberían seguir».
Según el IEEC, otro estudio internacional también ha confirmado que el crecimiento de los mayores agujeros negros del Universo está superando la tasa de formación de estrellas en las galaxias en las que están situados.
Durante muchos años, los astrónomos han obtenido datos sobre la formación de estrellas en las galaxias y del crecimiento de los agujeros negros supermasivos (es decir, aquellos que tienen masas de millones o miles de millones de veces la del Sol) situados en sus centros.
Estos datos sugerían que los agujeros negros y las estrellas en sus galaxias anfitrionas crecían a la vez, pero los resultados de dos grupos de investigadores independientes han coincidido en que los agujeros negros de las galaxias masivas han crecido mucho más rápidamente que en las menos masivas.
Los investigadores se encontraron con que casi la mitad de los agujeros negros de su muestra tenían unas masas de, como mínimo, 10,000 millones de veces la masa del Sol. (ARCHIVO)