Afirmó que los hicieron firmar cosas que no sucedieron
Excélsior
Ciudad de México.- El dolor al enterarse que Octavio Ocaña había perdido la vida hizo que Octavio Augusto Pérez, papá del entrañable actor que dio vida a Benito en ‘Vecinos’, reaccionara de inmediato e hiciera todo lo posible por llegar al lugar de los hechos con el alma rota y el corazón destrozado.
«Me habla mi yerno a las 11 y media y me dice: ‘suegro, véngase para acá, pasó esto’. Pero eso fue a las 11 y media de la noche. ‘¿Está muerto?’, pregunté. ‘Está muerto’. Ok, me voy para allá. Me fui a Mérida (estaba en Campeche), no dormí ese día, me fui con mi mujer a las 2:00 de la mañana, llegué a Mérida a las 5:30, compré mi boleto y viajé a México”, narró en entrevista exclusiva para Sale el Sol, de Imagen Televisión.
Sin saber a detalle de los sucedido, el instinto paternal hizo que pidiera que nadie tocara los restos de Octavio Ocaña, pues desde el inicio sospechaba que algo no andaba bien.
«Yo les dije, quiero el cuerpo en ‘Gayosso’ (funeraria) ya, porque querían hacer varias cosas y no, no, no, a mí me vale. Me lo entregaron luego luego. El chamaco llegó del hospital a las 9 de la noche, ahí tengo el acta de defunción. Iba muerto porque ahí lo dejaron morir. Después del disparo él empieza a moverse y se tapa la cabeza, el pobrecito, y nada más lo están viendo (los policías) como si estuviera jugando a auxíliame”.
Debido a las pocas horas que el cuerpo del actor estuvo con las autoridades, el empresario desconfía de cualquier dictamen emitido por la Fiscalía del Estado de México y no dejará que nada ni nadie manche el recuerdo de su hijo.
«Un examen toxicológico, ok, estoy de acuerdo, ¿en dos o tres horas? Porque yo les quité el cuerpo de mi hijo a las cuatro y media, cinco de la mañana, y en ese lapso no pueden hacer una investigación, no pueden hacer un peritaje, están mal, ahí se las apliqué. ‘Que vengo a exhumar el cuerpo’, no lo voy a permitir, tuvieron su oportunidad y la cagaron, ahora va la mía. Si hubiera sido algo grave, no me lo entregan. Fue asesinato. Y aquí voy a hacer las cosas a mi manera, no a la suya”.
La frustración, el dolor y la desesperación no terminan. Recientemente, Octavio Augusto estalló de nueva cuenta contra las autoridades tras reunirse con las dos personas que acompañaban a su hijo aquel fatídico día.
«Los torturaron hasta que se cansaron, salieron ayer. Uno de ellos se comunicó conmigo y me dijo ‘perdón, amigo, pero me hicieron firmar esto, esto y esto. Después de tres, cuatro días me soltaron y me hicieron firmar esto, que se disparó’. Obviamente no se disparó, la bala fue de una 9 mm, no se hagan pendejos, no una .380, porque mi hijo portaba .380 porque es reglamentaria. O abren esa carpeta, que sea algo real, que la gente y yo quede a gusto, y no va a pasar nada. Quiero limpiar el nombre de mi hijo, él no era ningún drogadicto, están bien mal”, finalizó.