A ti ciudadano.
Un poco de historia:El tranvía fronterizo.
El Tranvía, símbolo de la Frontera
A la mayoría de los Juarenses ya no les tocó transportarse a través de la Frontera en un tranvía como los que aquí vemos. Algunos éramos muy niños y todavía nos tocó usarlos pero para nuestros padres, abuelos, bisabuelos y hasta tatarabuelos, el tranvía cruzando la Frontera por aquellos antiguos puentes que primero fueron de madera, luego de concreto y finalmente unas superestructuras, fueron parte de la vida cotidiana. Poco más de noventa años duró el gusto, porque en realidad eso era, un gusto viajar y cruzar la Frontera en estos carros.
Entraban por el puente Lerdo – Stanton y seguían por la Ave. Lerdo, luego daban vuelta en la “16”, luego en la “Juárez” para cruzar de nuevo por el Puente Santa Fe y seguir por la Calle de El Paso, dar vuelta en la San Antonio y luego en la Stanton para de nuevo entrar a Juárez. En días normales, 1 hora y veinte minutos completar todo el recorrido del circuito…
El ritmo de la Frontera y de los Centros Históricos y económicos de las dos Ciudades era rápido y vibrante. Las aduanas de cada país y particularmente la Americana y sus oficiales que en aquel tiempo casi todos eran gringos, eran los puntos donde se daba cierta tensión si no se traían los documentos en regla o se transportaba algo no permitido, pero aún así…cruzar la Frontera en tranvía era algo sencillo y cotidiano.
Nunca imaginó la gente de aquel tiempo (1973) que el servicio del tranvía llegaría a su fin y con él se iría también una época y también muchas otras características que tenía la Frontera como tal.
Hoy las cosas son tan diferentes, pero además desde hace años la Frontera se ha convertido en una zona de tensión…
Lo de menos es esperar haciendo fila en las líneas para cruzar la Frontera, tanto de ida como de vuelta; el transporte público entre ambas ciudades fronterizas desapareció, es impracticable ahora y además hasta cuestión de seguridad binacional si existiese.
Por estos días el estrés y la tensión se hace más palpable en la Frontera, se habla de los aranceles, pero también de cómo afectará nuestros trabajos, el comercio fronterizo, a la industria maquiladora y en general la vida cotidiana de las dos Ciudades.
Estrés, sí estrés por todos lados aunado al problema de la migración ilegal que ahora nos llega desde países que algún día jurábamos muy lejanos, más el contrabando de estupefacientes y su cadena de violencia y ahora hasta de túneles que corren por debajo del Río…
Y luego, soldados de ambos por ambas orillas del Río Bravo o Grande que un día fue, sin agua, que ya no divide ni une, porque ahora ese trabajo lo hace un muro de acero de nueve metros de altura y miles de metros de alambre de púas enrollado, mientras esos militares y policías y también cuatro helicópteros que vuelan en formación lo vigilan desde el otro lado…
Cuanto estrés, cuanta presión…
… Tan sencillo que era subirse al tranvía e ir viendo y observando ambas fronteras desde la ventanillas.
Y así fue como el El Tranvía, se convertiría en un símbolo de la Frontera