A ti ciudadano.
Las mexicanas “manzanitas venenosas”.
Los mexicanos aprendemos desde niños que esos pequeños frutos rojos conocidos como las “Manzanitas venenosas” que le salen a los arbustos pueden significar el fin de nuestro paso por el mundo si es que osamos ingerirlos.
Y somos tan despistados que ni siquiera en nuestra edad adulta, dedicamos un rato a investigar ni el nombre del fruto, ni mucho menos si la creencia popular acerca de que son venenosas por el supuesto cianuro que contienen es verdad.
Las famosas “manzanitas venenosas”: su nombre es pingüica o chinkuili, científicamente llamada Arctostaphylos Pungens. Y la realidad es que en definitiva su ingesta no es mortal.
Se desconoce de dónde surgió su mala fama. No por nada el escritor Marcelo Yarza incluye la falsa letalidad de este fruto rojizo dentro de su libro 101 rumores y secretos (más populares) en la Historia de México.
En 2015 una investigación del Departamento de Microbiología del Centro de Ciencias Básicas de la Universidad Autónoma de Aguascalientes hizo varias anotaciones importantes sobre la Arctostaphy pungens.
Para empezar indica que es originaria de México con fuerte presencia desde el norte del país hasta Veracruz y Oaxaca y que su existencia es clave para evitar la erosión de grandes extensiones de tierra.
Además, por si fuera poco, de estas manzanitas se alimentan decenas de animales silvestres como zorros, tlacuaches, ardillas, mapaches y una gama casi infinita de aves.
La mala noticia: los mismos investigadores de la Universidad Autónoma de Aguascalientes anotan que la población de arbustos Arctostaphylos Pungens va a la baja en nuestro país por la presencia de parásitos y en especial los hongos Nectria que desecan sus tallos hasta hacerlos morir.
Por eso tal vez la mejor forma de contribuir a que no desaparezca es darle el valor gastronómico e incluso medicinal que merece. Por ejemplo, en el Estado de México hacen tamales de estas manzanitas silvestres.
Los rarámuri de la Sierra Madre Occidental preparan el tejuino con chinkuilis en polvo a fin de lograr prosperidad y salud, según sus creencias. Mientras que algunas paleterías y neverías del país ofrecen aguas frescas de alfalfa y pingüica.
A la vez personas de todo México que practican la medicina alternativa lo recomiendan como un diurético muy efectivo.
Y así fue como,todos los mexicanos aprendimos que estos pequeños frutos rojos conocidos como «manzanitas venenosas» pueden matarnos si las comemos.