Evaluación sirve en la toma de decisiones de bancos, inversionistas e instituciones, para determinar el riesgo o seguridad financiera
Chihuahua— Las tres calificadoras de riesgo crediticio que valoran a Chihuahua –las norteamericanas Fitch Ratings y Moody’s, así como la mexicana HR Ratings– han reducido la calificación estatal una o dos posiciones, según sus respectivas escalas, en los últimos años.
La agencia mexicana fue la que más reciententemente bajó de calificación a la entidad, de A con perspectiva negativa a BBB con perspectiva estable, lo cual se asentó en el reporte correspondiente de la calificadora fechado el 20 de diciembre pasado.
Fitch Ratings la degradó desde finales de 2016 y la ha mantenido así hasta la actualidad, mientras que Moody’s también lo hizo desde ese año y el pasado determinó, por razones de negocios, retirar sus calificaciones sobre el estado de Chihuahua.
Las calificadoras son contratadas por las entidades evaluadas y la información que emiten sirve en la toma de decisiones de bancos, inversionistas e instituciones financieras, para determinar la calidad crediticia que tienen gobiernos y empresas privadas.
En el caso de Chihuahua han evaluado tanto al Gobierno del Estado como a municipios, organismos descentralizados, emisiones bursátiles, estructuraciones y reestructuraciones específicas, y han asignado calificaciones diversas de acuerdo al perfil crediticio en cada momento.
Aunque el gobernador Javier Corral aseguró ayer que las calificadoras mienten en sus calificaciones, todas han sido contratadas por el Estado para sus evaluaciones periódicas y han considerado tanto fortalezas como debilidades de las finanzas públicas.
Las tres en mención han resaltado en sus reportes –en diferentes momentos de análisis– que Chihuahua es la entidad que tiene los mayores ingresos propios del país, de alrededor del 20 por ciento de su presupuesto, y una estructuración sólida de sus pasivos.
HR observa créditos de corto plazo y deuda a proveedores
HR Ratings rebajó el 10 de diciembre pasado la calificación crediticia del Gobierno del Estado, que pasó de A con perspectiva negativa, en la que se había mantenido durante tres años previos, a BBB con perspectiva estable.
Según la calificadora mexicana, la entidad había logrado en 2016 la calificación más favorable de su situación crediticia, pero en 2017 se ajustó por primera vez a la baja una posición, la cual se mantuvo durante 2018 y 2019, hasta ser degradada al cerrar 2020.
La causa de la baja en la calificación fue el incremento en el uso de créditos de corto plazo solicitados por la administración de Javier Corral, asienta el informe. Estos créditos fueron 14 durante el año 2020 por un monto de 4 mil 150 millones de pesos, 12 durante 2019, ocho en 2018 y otros tres los años previos.
La calificadora también expuso el nivel de las obligaciones financieras sin costo (ofsc), es decir la deuda a proveedores que tiene el Gobierno del Estado, podría presionar la calificación actual a la baja.
Fitch alerta de autonomía financiera limitada
En el caso de Fitch Ratings, durante los años 2015 y 2016 había mantenido la calificación en A-, es decir un nivel alto pero con perspectiva primero estable y luego negativa; bajó la calificación en 2017 un nivel, ubicándola en BBB+ con perspectiva estable.
Fitch, en octubre de 2020, reafirmó la calificación y advirtió que un deterioro en el desempeño financiero debido a la contingencia sanitaria actual, que había afectado en ese momento los ingresos y gastos de todo el sector público.
“Es probable que empeoren (las condiciones financieras) en las próximas semanas y meses a medida que la actividad económica se afecte y las restricciones gubernamentales se mantengan o se amplíen”, aseguró la calificadora en su último reporte del año pasado.
La calificadora observó en un rango medio la solidez de los ingresos, la sostenibilidad de los gastos y la solidez de los pasivos. Además consideró como “más débil” la adaptabilidad de los ingresos y los gastos, la flexibilidad de los pasivos y la liquidez
“En otras palabras, el perfil de riesgo refleja una autonomía financiera limitada, es decir, dependencia alta de ingresos de origen federal, aunque menor que la presentada en la mayoría de las entidades federativas en México debido a su fortaleza económica; una estructura de gasto moderadamente contracíclica; márgenes operativos estables; capacidad limitada para recortar el gasto que se refleja en niveles de inversión bajos; deuda neta ajustada moderada y una liquidez irrestricta restringida”, reportó Fitch sobre Chihuahua.
Moody’s advierte altos déficits y niveles de deuda
Para Moody’s, que había evaluado en altos niveles a la entidad antes del año 2015, comenzó con una serie de bajas en las calificaciones y su perspectiva a partir de entonces.
“La perspectiva negativa de las calificaciones refleja que el estado continúa enfrentando desafíos por el lado de los gastos, lo que podría conducir a un deterioro de los niveles de liquidez y aumentos de la deuda”, advirtió en su reporte del 13 de mayo de 2015, al establecer una calificación de Ba2 en la escala global y A2.mx en la escala nacional.
“Dada la perspectiva negativa de las calificaciones, Moody’s no espera una presión al alza sobre las calificaciones en el corto plazo. Si el estado de Chihuahua demuestra que puede seguir registrando bajos déficits de financiamiento de caja, lo que lleva a una estabilización de los niveles de endeudamiento y al mantenimiento de una posición de liquidez positiva, esto podría conducir a la estabilización de las perspectivas”, detalló la calificadora en esa fecha, lo que no ocurrió.
Tras una serie de bajas durante los años siguientes, Moody´s determinó el 6 de noviembre de 2020 una nueva baja en la calificación general y luego de un breve periodo de observar una perspectiva estable, la cambió a negativa en esa fecha; lo mismo hizo con créditos específicos mejorados, es decir los que habían sido parte la última reestructuración.
“La rebaja de las calificaciones refleja principalmente nuestra expectativa de que Chihuahua registrará déficits financieros que conducirán a niveles de deuda más altos y mantendrán bajo presión la ya débil posición de liquidez del estado, mientras que también enfrentará vencimientos de deuda a corto plazo”, asentó en su reporte del 6 de noviembre pasado.
El 10 de noviembre pasado, tras su última baja, Moody’s anunció el retiro de sus calificaciones por razones comerciales, sin explicar al detalle cuáles habían sido los motivos; generalmente estas razones de negocios son porque la entidad evaluada deja de solicitar los servicios de la agencia.
En suma, según los reportes de cada agencia, la entidad destaca por un alto nivel de ingresos propios y cierta capacidad de maniobra con los recursos que tiene tanto internos como de aportaciones federales, pero la falta de liquidez, el exceso en la contratación de créditos de corto plazo y otros pasivos han llevado a la degradación de su perfil crediticio.
David Piñón