Secretaria de Cultura de Chihuahua
“La búsqueda se convierte en otra huida de lo que realmente somos”
Krishnamurti
La saludo con el gusto de siempre.
“La búsqueda se convierte en otra huida de lo que realmente somos”
Krishnamurti
La saludo con el gusto de siempre.
El que ya empaque pertenencias, retratos, fotografías de eventos ilusorios, repletos de nostalgia ficticia y esas cosas que llevó al escritorio es un deleite para muchos de nosotros. No por desearle algo malo sino por refrescar el espacio.
Lamentablemente como en años anteriores, sabemos que llegará al cargo, alguien (como su sucesor o sucesora) sin el compromiso de atender las necesidades reales y a la altura de los artistas y generadores de cultura.
A lo largo de su período, Sra. Landa, no hubo transparencia, ni mucho menos un informe oportuno de lo realizado, si es que alguna vez hubo intención de hacer algo a favor de la cultura de Chihuahua. Ya no la construcción de la secretaría sino al menos el seguimiento cultural para enfocar sus energías y atención a este sector olvidado, menospreciado, coptado, aturdido, etc.
Tampoco usted realizó un diagnóstico en tiempo y forma que diera luz a la cultura, y sí la burocracia permeó en este renglón del quehacer cultural, atrofiado por la falta de interés suyo y de la actual administración que perdió el oficio y buscó encarcelar a todos los que respiraran en contra de Corral Jurado.
Le recuerdo que usted llegó como relevo de la escultora, Águeda Lozano, otra que antes de llegar a la creada Secretaria de Cultura, ya estaba mareada y sin embargo permaneció por el solo hecho de sostener el compromiso con Javier Corral, este último quien será recordado como uno de los más deficientes gobernantes en la historia del estado, no solo por su evaluación de las encuestadoras sino por sus magros resultados y actitudes insuficientes de tolerancia y ejercicio administrativo.
No tengo la menor idea, que es lo que le sucedió a usted. Tenía parte de la mesa servida para que guiara a la Secretaría de Cultura y se convirtiera en una dependencia modelo, pero usted nos hizo recordar a Rico Bovio, considerado el ave de malagüero de la cultura. ¡Recorcholis!
¿Qué es lo que quiso hacer y no estuvo dispuesta?
En una ocasión que conversé con usted, lo único que sentí es que la insuficiencia de presupuesto le amarraba las manos. Pero sus hijas en el extranjero estaban bien y su casa dentro del Parque Nacional Cumbres de Majalca resguardada y la presumía como si fuera parte del Edén. ¡Qué bueno por usted!
¿Por qué no quiso velar por los intereses de Chihuahua en materia cultural?
¿Hubo demasiada incompetencia de sus colaboradores o bien su arrogancia no le permitió escuchar?
Según me dicen, usted tenía amistad o la tiene con Rico Bovio; no me haga pensar o siquiera dudar que la calamidad y la insensibilidad cultural se transmiten igual que el virus de esta horrible pandemia.
Si, Secretaria de Cultura, sus logros son magros y no hay mucho que rescatar por no decir nada. Se sigue viendo la Secretaria de Cultura como un florero
como una agencia de contratación de empleo para familias poderosas o de alcurnia en Chihuahua. En esencia, la cultura debiera estar al servicio de todos y todas pero quienes nos dedicamos al ejercicio periodístico y arqueológico sabemos que esto no es cierto. Es preferible practicar y jugar a los pronósticos estilo, Melate y esperar un mejor resultado que usted y sus colaboradores. Porque así usted nos lo transmitió. No porque la juzgue, porque “por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7,15-20)
No tengo idea que es lo que le iluminó el corazón de regresar a Chihuahua y pedir licencia, si usted estaba en Monterrey y vivía casi como una Consorte. Quizás fue el sueldo o quedar bien con Javier Corral. Realmente lo ignoro.
Pero le decía: ¿Qué le impidió a usted que la secretaria de Cultura se desarrollara o prosperara?
Los pocos presupuestos han sido el dique o los diques de estas dependencias pero no es justificación de este estruendoso fracaso, otro más en la vida cultural de Chihuahua.
Fermín Gutiérrez, otro director de esta dependencia cuando era Instituto Chihuahuense de Cultura era huraño, extraño pero resolvía a su capacidad y no dejó la dependencia como usted.
¿Por qué, Secretaria no renunció y se fue a vivir a Majalca? Usted me comentó que se vivía muy bien en ese lugar cuyas formaciones geológicas hacen de Majalca un sitio muy interesante menos por las heladas y el cambio de clima extremoso.
Usted ya no tenía la preocupación de sus hijas, pero si ellas se beneficiaron de su gestión, mientras que los artistas y creadores esperaban una respuesta suya
que Nunca llegó. Algunos perecieron, otros renunciaron. El mundo es desigual, nada nuevo.
Los primeros días que la traté, pienso que le tuve un poco de fe, o mejor dicho Ganas de Creer, pero sabía que era prematuramente mis primeras percepciones. Y no me equivoqué. Tanto año en esto…
Tuvo todo para no parecerse a Rico Bovio y no se quien ahora es considerado el más perjudicial funcionario cultural.
Lo que se hizo y no, solo usted lo sabe, pero esa secretaria de Cultura difícilmente solventará las necesidades de los creadores, tristemente y quizás debemos esperar tiempos oscuros.
Lo que si me alegra de Maru es que todo lo que huela a Javier Corral será consumido.
Se criticó a César Duarte como un vulgar ladrón y tal vez lo fue, pero en materia cultural tenía al menos el tino de no involucrarse y dejárselo a otros.
Usted ya puede empacar, guardar los retratos familiares, decirle a sus hijas que la comida británica es malísima, que muchos artistas británicos decidieron irse de la isla por cuestiones fiscales y a usted invitarla a que se traslade a Majalca quizás para meditar u olvidar lo que pudo hacer por los artistas a través de esa dependencia invisible que usted quiso o intentó administrar. Pero no pudo.
La noción de consciencia no es para todos. Recuerde al poeta Rumi, el hombre es un animal que habla.
Me saluda con ánimo y alegría a Javier Corral quien olvidó las entrevistas con el Canal 10 y a usted que nunca tuvo la intención o generosidad de hablar
nuevamente con quien le dirige esta misiva. De sus asesores, ni hablar, es perder el tiempo y la palabra.
En arqueología los hechos se pueden olvidar pero no borrar.
Lic. Eduardo Arredondo Delgado