A través de sus personajes, se conectó con diferentes corrientes, convirtiéndose en una figura político-social y artística aún vigente
EL UNIVERSAL
David Bowie no sólo enseñó al mundo lo que es la libertad, fue múltiples leyendas a través de los alter ego, «Ziggy Stardust», «The Thin White Duke», «Major Tom», «Detective Nathan Adler», «Ramona» y «A. Stone», con los que murió, renació y marcó a la sociedad mundial por décadas a nivel social, político y cultural.
«Creo que, al tener estos alter ego, y al terminarlos y reciclarlos de nuevo por una nueva causa que defender, habla de que también estaba mutando a nivel artístico y todas estas mutaciones nos permiten identificarnos en las diferentes etapas de nuestra vida y tener también algo importante que es el sentido de pertenencia; toda persona a la que le gustaba ser más extrovertida creo que encontró en «Ziggy Stardust» un camino para liberarse», comenta el compositor y músico Timo Pacheco.
De acuerdo con los críticos musicales, Bowie siempre estuvo adelantado a su tiempo y con cada uno de los personajes lo demostró, en una época en donde era un tabú hablar de la bisexualidad o de ser estrafalario; con «Ziggy Stardust» encontró la forma de enfrentarse a un sistema social que no pudo condenarlo por ser un alter.
«La visión de Bowie era más humanista, superaba cualquier generación, su propio tiempo y en ese sentido, recuperando la visión más clásica del arte y pensando más hacia el futuro es que pudo tener esos puentes temporales, esquivando o dinamitando incluso esos límites en el conservadurismo que hizo surgir a esos personajes tan curiosos e importantes para la cultura pop y del rock», señala el escritor y compositor Alonso Arreola.
David Robert Jones, su nombre real, no sólo es recordado por su inmenso legado musical sino también por su activismo social, como cuando luchó contra la crueldad a los hombres de pelo largo, con la que fundó una sociedad a sus 17 años, en 1964 cuando era impensable que la sociedad conservadora aceptara que los hombres se dejaran crecer el cabello.
«Fue una figura político-social y artística, creo que toda esta estética teatral, cinematográfica y un poco onírica, hace que Bowie se conecte con la psicología y las emociones de las personas, y cuando tú conectas con un artista no importa si está a favor o en contra de ciertas causas, tú te conectas y le crees, en la literatura se llama el efecto realidad», explica Pacheco.
«Su dinámica de crear alter ego es una genialidad porque representa una vez más esta libertad de actuar y de conectarse con diferentes corrientes sociales, un poco como la psicología de masa, como cuando alzó la voz para la libertad de la elección de preferencia sexual», ahonda.
Siendo un artista multifacético que fue actor, músico, compositor, productor, artista gráfico, artista plástico, rompió esquemas; fue una persona libre que hacía lo que quería, experimentó mucho con su imagen y por eso se ganó el sobrenombre de Camaleón.
«Me acuerdo mucho que tenía una frase: ‘Creo que un artista ha de ser siempre fiel a los dictados de su corazón’ y esta idea es lo que hace a un artista auténtico, cuando no se deja tapar por lo que va a funcionar, por lo comercial o el qué dirá el público, es alguien que inspira a buscar la libertad».
Por todo esto y más es que los críticos opinan que David Bowie no murió hace cinco años el 10 de enero de 2016, sino que con esa estética que lo caracterizó, evolucionó y dejó dos días antes de su muerte su última maravilla, su nuevo alter llamado Blackstar, que sigue impactando al mundo.
«La idea de sus alter ego es una de las cosas más transcendentales, que el tipo triunfó con estas propuestas, pero también los dejó atrás, supo evolucionar, dejándose atrás a sí mismo, sus propias comprobaciones y con cada uno de sus personajes eso intentó, abrir nuevas preguntas, dar nuevas respuestas entre múltiples generaciones, escenografías, culturas y versiones del mundo», enfatiza Arreola.
«Supo morir y renacer varias veces, la muerte fue una de tantas, pero no la definitiva, incluso la manera en cómo manejó su despedida, con el último disco y con esa prudencia y ese silencio, con un testigo del mundo pero sin victimizarse, creo que ya había recibido todo el eco al que estaba destinado en vida, fue múltiples leyendas a lo largo de su vida».
«Heroes» desde 1977 y en medio de la pandemia
Ni una película, historieta o cómic ha podido convertir en héroes a todos los seres humanos como lo hizo David Bowie con su tema «Heroes», que se convirtió en un himno de esperanza y fortaleza para la humanidad desde 1977.
«Es trascendental pensar en cómo un artista de esta envergadura deja obras que se vuelven voz de distintas generaciones; esta canción se utilizó en los ataques terroristas de Nueva York, pero también en partidos de tenis para honrar al campeón», comenta el escritor y músico Alonso Arreola.
Una vez más, Bowie cobija a la humanidad con su tema durante esta pandemia, que ha sido usado como símbolo de inspiración y fortaleza, sobre todo para quienes están en la primera línea luchando contra el virus en los hospitales.
«Es como decir: ‘hoy puedo ser tu propio héroe’. La mayoría de las personas que la escuchamos es como una inyección de fuerza de voluntad, de adrenalina», señala el músico Timo Pacheco.
David Bowie no sólo enseñó al mundo lo que es la libertad, fue múltiples leyendas a través de los alter ego, «Ziggy Stardust», «The Thin White Duke», «Major Tom», «Detective Nathan Adler», «Ramona» y «A. Stone», con los que murió, renació y marcó a la sociedad mundial por décadas a nivel social, político y cultural. (ESPECIAL)