CATACUMBAS.
Las catacumbas son galerías subterráneas que fueron utilizadas como lugar de enterramiento durante varios siglos. Los enterramientos de los ciudadanos paganos, judíos y los primeros cristianos de Roma en las catacumbas comenzaron a realizarse en el siglo II y no se verían finalizados hasta el siglo V.
La palabra catacumba, que viene a significar «al lado de la cantera», proviene del hecho de que las primeras excavaciones para ser utilizadas como lugar de enterramiento fueron realizadas a las afueras de Roma, junto al terreno de una cantera.
El porqué de las catacumbas
Los cristianos no estaban de acuerdo con la costumbre pagana de incinerar los cuerpos de sus fallecidos por lo que, para solucionar los problemas debidos a la falta de espacio y al alto coste de la tierra, decidieron crear estos vastos cementerios bajo tierra.
Las catacumbas poseen infinidad de galerías subterráneas que forman auténticos laberintos de varios kilómetros, a lo largo de los cuáles se excavaron varias filas de nichos rectangulares.
Los cadáveres envueltos en una sábana se colocaban en los nichos, que posteriormente se cerraban con lápidas de mármol y, de forma más común, con barro cocido. Posteriormente se grababa el nombre del difunto sobre la placa acompañado por un símbolo cristiano, como se graba en las lapidas.
La ley romana de la época prohibía que se diera sepultura a los difuntos en el interior de la ciudad, por lo que todas las catacumbas se situaron en el exterior de los muros. Estos lugares apartados y ocultos bajo tierra constituían el refugio perfecto en el que los cristianos podían dar sepultura a los suyos, utilizando de un modo libre los símbolos cristianos.
El final de las persecuciones
Con la firma del Edicto de Milán, en el año 313, cesó la persecución a los cristianos, por lo que pudieron comenzar a construir iglesias y adquirir terreno sin temor a que les fuera confiscado. A pesar de esto continuaron utilizando las catacumbas como cementerios hasta el siglo V.
Durante la invasión de los bárbaros en Italia en el siglo VIII, muchas catacumbas sufrieron continuos saqueos, por lo que los Papas hicieron trasladar las reliquias que aún conservaban hasta las iglesias de la ciudad. Después de los traslados algunas catacumbas fueron abandonadas por completo y quedaron en el olvido durante varios siglos.
Catacumbas de Roma
En Roma existen más de sesenta catacumbas compuestas por cientos de kilómetros de galerías subterráneas, que alojan miles de tumbas. En la actualidad sólo se encuentran abiertas al público cinco de ellas:
Catacumbas de San Sebastián – Estas catacumbas de 12 kilómetros de extensión deben su nombre a San Sebastián, un soldado que fue martirizado por convertirse al cristianismo. Junto con las de San Calixto son las mejores que se pueden visitar. De lunes a sábado de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
Catacumbas de San Calixto Con una red de galerías de más de 20 kilómetros de extensión, las tumbas de San Calixto fueron el lugar de enterramiento de 16 pontífices y decenas de mártires cristianos. De jueves a martes de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
Catacumbas de Priscila Conservan algunos frescos muy importantes para la historia del arte, como las primeras representaciones de la Virgen María. De martes a domingo de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas.
Catacumbas de Domitila – Descubiertas en 1593, estas catacumbas de más de 15 kilómetros de recorrido deben su nombre a la nieta de Vespasiano. De miércoles a lunes: de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 17:00 horas-.
Catacumbas de Santa Inés – Tras ser martirizada por su fe cristiana, Santa Inés fue enterrada en las catacumbas que posteriormente tomaron su nombre. De 9:00 a 12:00 y de 16:00 a 18:00 horas, cierra domingo por la mañana y lunes por la tarde.
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