En 1969, se logró la primera conexión entre dos lugares distantes en Estados Unidos, usando la tecnología Internet. Esa conexión duró dos letras, por que después se cayó la aplicación. Pero lograron parcharla y terminar de conectarse un rato más tarde. Lo increíble es que los conceptos básicos de esa red se han conservado a lo largo de todos estos años, y han terminado por dominar todas nuestras vidas.
Por supuesto, los usos de la red de hoy no se parecen en nada a los que pensaron sus creadores. Las tecnologías de transmisión también han cambiado radicalmente con velocidades y calidad que no habíamos soñado nunca. Pero el centro de los protocolos de red y sus principios, se han mantenido vigentes todos estos años.
Lo otro interesante es que esos conceptos eran revolucionarios y totalmente contrarios a lo que se consideraba normal en esos tiempos. Por 30 años, Internet peleó una batalla dura y difícil contra las tecnologías que proponían las grandes empresas de telecomunicaciones, asociadas con los gobiernos de los países más poderosos del mundo. En algún momento, la dimos casi por perdida. La tecnología propuesta era tan eficiente, tan barata y tan versátil, que ganó casi sin apoyos políticos ni de grandes empresas.
Los últimos 20 años se ha transformado en la tecnología dominante y sin competidores serios. Y es durante esos mismos años que su impacto social, político y económico se ha vuelto revolucionario. Sin que lo viéramos venir, las redes sociales, la mensajería masiva, la capacidad de distribuir videos instantáneos, la disponibilidad de celulares con cámaras en todas partes, de golpe, nos cambió las relaciones, los argumentos, incluso la forma de pensar.
Todos los procesos sociales, incluido el movimiento de protesta de los últimos días en Chile, se gestan, se promueven y organizan basados en Internet. De la misma forma, la gente se organiza y se coordina para sobrevivir usando Internet. Las violaciones a los derechos humanos y la represión desmedida, se almacenan y denuncian en Internet. La terapia de desahogo y de discusión de las alternativas a futuro para el país, se hacen vía Internet.