Por: José Luis Jaramillo Vela
Sus orígenes…ciertos o inciertos
José Doroteo Arango Arámbula, mejor conocido como Pancho Villa, nace el 5 de Junio de 1878 en La Coyotada ó Hacienda de Sombreretillo, en San Juan del Río, Durango; sin duda alguna, por su nombre, por su imagen y por sus acciones, es considerado como el mexicano más conocido en todo el mundo. Oficialmente la historia lo registra como hijo de Agustín Arango Vela y Micaela Arámbula Álvarez, sin embargo, detrás de la versión oficial que nos dicen los libros de historia, existe otra versión también muy sólida, que refiere que Villa es hijo del hacendado austríaco – judío Luis Ferman y Micaela Arámbula, quien trabajaba con él, al parecer Doroteo habría nacido como producto de un amorío entre Ferman y Micaela, al no aceptar reconocerlo Ferman como su hijo, según esta versión, Villa habría nacido en Jalisco y se dice que su madre Micaela Arámbula se fué a trabajar a la hacienda de los López Negrete a Durango y ahí se casó con Agustín Arango Vela, quién le dio su apellido al niño; ésta versión se fortalece por el enorme parecido que se dice Villa tenía con Don Luis Ferman y con Miguel Ferman, hijo legítimo de Don Luis y quien según ésta versión sería su medio hermano; el hecho de no parecerse en nada con los demás hijos de Micaela y Agustín, quienes oficialmente serían sus hermanos, y a distintas versiones como la que le atribuyen a Victoriano Huerta, de quién se dice que en una ocasión se refirió a Villa como un «bandolero austríaco».
En defensa del honor familiar
En 1894 muere el jefe de la familia Agustín Arango, y Doroteo por ser el mayor de la familia, a sus dieciséis años queda al frente de su madre y sus hermanos, entonces se mudan a la Hacienda Gogojito en Canatlán, Durango, también dicha hacienda, propiedad de Don Agustín López Negrete, misma que estaba a cargo de su hijo Laureano López, quien nada más ver llegar a la familia Arango Arámbula, puso sus ojos en Martina. Aquí empiezan los problemas y toma otro rumbo la historia.
Al paso de los días, Laureano empieza a buscar a Martina, desde luego con aviesas intenciones, solo para pasar el rato con ella, pero Martina lo desdeña; Doroteo se da cuenta de la situación y le pide a Laureano deje en paz a su hermana. Uno de esos días el joven Doroteo descubre a Laureano López Negrete violando a su hermana Martina y en defensa de ella le dispara a Laureano y lo mata, viéndose obligado a sus dieciséis años de edad, a huir hacia la sierra de Chihuahua, donde es «adoptado» por una banda de gavilleros y asaltantes liderada por Ignacio Parra, con ellos anduvo en el bandidaje y los asaltos a pueblos, ranchos, diligencias y personas hasta que un día uno de los gavilleros de nombre José Solís asesinó a un anciano solo por el gusto de hacerlo, cosa que no le gustó a Doroteo y ahí se desligó de la banda.
Luego fué a parar a la banda de cuatreros de Antonio Villa, donde se sintió más cómodo ya que éstos únicamente robaban ganado, para entonces Doroteo ya era un consumado jinete y era diestro en el manejo de las armas; al morir el jefe de la banda, Doroteo asume el liderazgo de la misma y se asientan en el municipio de Rosario en Chihuahua a dónde llega con el seudónimo de Antonio Villa, en honor a su antiguo jefe, quien le decía “mijo”; ahí se dedica a comercializar el ganado robado a través de carnicerías propias y también vendía carne a otros carniceros; al expandir su negocio hacia la ciudad de Chihuahua, cambia su nombre a Francisco Villa; en 1909, ya establecido en Chihuahua, su compadre Eleuterio Soto, lleva a las carnicerías de Villa a un cliente nuevo, de nombre Abraham González Casavantes; dicho personaje era el representante de Fco. I. Madero en Chihuahua y tuvo una gran influencia en Pancho Villa, convirtiéndose en un buen ejemplo y un buen amigo para él, Abraham González fué quien le aconsejó estudiar un poco y aprender cosas nuevas y al platicarle de Madero, lo invitó a sumarse a la causa anti porfirista y anti reeleccionista.
La Revolución va en serio…
Es entonces que en una ocasión, Eleuterio Soto le dice a Villa que Abraham González lo quiere ver a solas un local apartado, pidiéndole que venga solo, Villa acude a tan misteriosa cita y al entrar se saluda con González, Villa le dice que presiente que no están solos; entonces Abraham González le presenta a
Madero, quién por ser anti porfirista y anti reeleccionista, se manejaba muy discretamente; ambos, Villa y Madero quedan gratamente sorprendidos uno del otro, Madero intuye el potencial guerrillero de Villa y por su parte, Villa se siente atraído por el discurso de Madero, se compromete con la Revolución y le ofrece su lealtad a Madero; Abraham González comienza a reclutar gente para la revolución y Madero lo asigna a las órdenes de Pascual Orozco, quién para probarlo le pide a Villa que ataque a Chihuahua.
Villa se sorprendió de que a la primera lo mandaran a tomar la Capital del Estado, ahí se dió cuenta de que la cosa de la revolución iba en serio, de que tenía que actuar con astucia, de que en verdad lo estaban probando y de que esa era su gran oportunidad para impresionar a Madero. Para ello, esperó a las afueras y envió dos hombres a espiar y estos le informaron que la plaza estaba llena de tropas Federales, por lo que sería imposible salir bien librados de ahí; Villa se retira y le informa a Pascual Orozco, quién a su vez, complacido le informa a Madero que “el muchacho está listo y es muy listo”; Pancho Villa de manera muy inteligente, acepta quedar bajo el mando de Pascual Orozco, él sabía que a su debido momento le llegaría el ascenso. Bajo las órdenes de Pascual Orozco, Villa participó en las batallas de San Andrés, Santa Isabel, Camargo y Estación Bauche, en esta última batalla Orozco lo envió sólo, al frente de una tropa, quedando el resto como respaldo; Villa atacó y derrotó a las tropas Federales del General Manuel García Puebla, ya había impresionado a Orozco, pero con esta última batalla Pancho Villa se ganó el respeto y admiración de Madero, de Orozco y de toda la tropa y Madero lo asciende a Coronel.
Surge la figura del Caudillo y su enorme influencia en la Revolución
Al estarse planificando la toma de Ciudad Juárez, entre Madero y sus generales, éste pide la presencia del Coronel Francisco Villa para que entre en el plan de batalla, con esto, tácitamente Madero lo estaba considerando como un general más. Al terminar esa reunión, Pascual Orozco le pide a Villa que se una a él y al mercenario italiano Guiseppe Garibaldi en la traición que preparaban contra Madero, Villa lo rechaza categóricamente diciéndole que Pancho Villa no traiciona nunca a nadie. Madero sale rumbo a Chihuahua a organizar tropas y deja sitiada a Ciudad Juárez; Pascual Orozco reúne a los jefes y les miente al decirles que Madero le dió la orden de atacar a Ciudad Juárez, y pone a Villa al frente de la toma de CJ, con la intención de que Madero crea que Villa organizó el ataque.
El propio Villa, creyendo que seguía las órdenes de Madero, hace alarde de su ingenio y sus dotes de estratega militar, así como el manejo de las tropas y su dominio sobre los trenes; fiel a su costumbre, envío espías a CJ mientras el asaltaba los trenes de tropas federales que estaban en Villa Ahumada y por el telégrafo informó a CJ que las tropas iban en camino y llegaban por la noche; los espías ya le habían informado que las tropas en CJ estaban confiados, unos borrachos, otros jugando y muy pocos en alerta, de esta forma al llegar a Juárez de madrugada todos esperaban ver soldados salir del tren, pero se llevaron la sorpresas de que eran puros villistas y así de esa manera cayó CJ, hecho que motivó la renuncia de Porfirio Díaz a la Presidencia de la República.
Al llegar Madero a la Presidencia de la República, le otorga quince mil pesos a Villa para que se retire a la vida privada, con ese dinero Villa abre una serie de carnicerías, pero no se retira, le solicita a Madero seguir en la lucha por la pacificación del país, entonces Madero lo envía con todo y sus tropas, a las órdenes del General Victoriano Huerta, a quién no le agradaba Villa porque no era militar de carrera y no le reconocía el grado de General, diciéndole al Presidente Madero que no podía haber dos generales en una misma tropa, además se cuenta de que en privado le reprochaba a Madero por haberle mandado a un «bandolero austríaco».
En combate, Huerta quedó impresionado por las tremendas cargas de caballería que efectúan las tropas de Villa y de cómo dentro de las mismas tropas de Huerta, Villa se iba ganando su respeto, esto generó una envidia y un celo en Victoriano Huerta, quién le tiende una trampa a Villa, acusándolo de traición y condenándolo a ser fusilado; interviene en su favor Gustavo Madero quién le solicita a Huerta que no lo fusile, pero Huerta sostiene la mentira de que era un traidor, Gustavo Madero sabedor de la lealtad de Villa a su hermano, pero también respetando la jerarquía de Huerta, le cambia el paredón por la cárcel, siendo enviado prisionero a la prisión de Santiago Tlatelolco, con la promesa de liberarlo más adelante, pero en eso ocurre la traición de Huerta a Madero, asesinándolo y usurpando la Presidencia, entonces Huerta ya con todo el poder ordena enviar a Villa al Palacio Negro de Lecumberri, de dónde se fugó con ayuda de un carcelero, huyendo hacia El Paso, Texas.
Con la ayuda del Gobernador Maytorena de Sonora, Pancho Villa vuelve a México para ponerse a las órdenes de Venustiano Carranza en la lucha contra el usurpador Huerta; Carranza lo hace jefe de la División del Norte, lo nombra General y le encomienda tomar Chihuahua y sacar a las tropas de Huerta, cosa que cumplió y Carranza lo designa como Gobernador del Estado de Chihuahua, en ésta etapa como gobernador se ve a la mejor versión de Pancho Villa, de inmediato fundó el Banco del Estado de Chihuahua, imprimiendo su propia moneda, la cuál se cotizaba a la par del dólar; advirtió al comercio de vender a precios que el gobierno fijaba a los productos, con beneficio para el comerciante y para el pueblo, abarató los precios del canasto básico; fundó en un año cincuenta y tres escuelas (ningún otro gobernador ha logrado eso en sus seis años), a dónde se le veía con frecuencia saludando a los niños y supervisando a los profesores; reactivó el Instituto Científico y Literario a dónde asistía a clases para cultivarse en diversas materias (se dice que Abraham González le inculcó el deseo por estar siempre en el aprendizaje), creó una red de telégrafos que cubrió a todo el Estado, en las carnicerías debía haber carne al alcance de todos los sectores sociales; expulsó a todos los hacendados que apoyaron a Huerta, expropiando sus haciendas y repartiendo lotes a los campesinos. Hasta la fecha la historia en México considera a Pancho Villa como el mejor gobernador que ha tenido Chihuahua y solo gobernó por dos años.
Carranza le pide la gubernatura para dársela al General Manuel Chao, a quien Villa controlaba y se dice que Villa siguió siendo el poder tras el trono. El 8 de Julio 1914 tras una serie de desacuerdos con el
Pacto de Torreón, Álvaro Obregón pide conferenciar con Villa, éste sabiendo que Obregón lo desprecia, acepta conferenciar, pero toma sus precauciones y se da cuenta de que Obregón viene con toda sus tropas; ya que su intención era lograr un acuerdo y una alianza y por otro lado atacar a Villa; pero Villa era muy astuto (además ya conocía como eran traicioneros los sonorenses Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón). Cuando se da cuenta de las intenciones de Obregón, lo descubre, lo encara y lo tacha de traicionero y ordena fusilarlo, algunos historiadores refieren que Obregón incluso le lloró a Villa por su vida y Villa dió la orden, pero intervino Raúl Madero a favor de Obregón y eso lo salvó de morir fusilado, de ésto Pancho Villa siempre se arrepintió, diciendo que “Obregón a la primera oportunidad que tenga el cabrón, me va a matar”; sobre todo porque era muy conocida la doble cara con que se manejaban los generales sonorenses, al grado que ni Madero, ni Carranza ni Huerta les tuvieron nunca plena confianza.
La debacle de Villa, vuelve al bandidaje, se retira de las armas e inicia la leyenda…
Otro dato de la muy mala relación entre Pancho Villa y los generales sonorenses es que de las cinco derrotas que tuvo Pancho Villa, tres fueron contra Álvaro Obregón y dos frente a Plutarco Elías Calles, quién lo derrotó en la Batalla de Agua Prieta, causando además con ésto, la debacle de Pancho Villa quien a raíz de esa derrota empezó a mostrar otra vez rasgos de bandolero. En 1916 un Pancho Villa dolido y enfurecido porque el Presidente de Estados Unidos, Woodrow Wilson apoyó a Obregón y Plutarco con faros eléctricos y equipamiento que le causaron la derrota en Agua Prieta, también le cambió un cargamento de municiones por balas vacías inservibles y porque le dió su apoyo a Carranza, toma represalias atacando el tren en Santa Isabel y matando a 18 ingenieros americanos de la compañía minera Asarco que se dirigían a las minas de Temósachic; después de ésto se fué a a Columbus N.M. donde arrasó e incendió el pueblo, ocasionando la fallida Expedición Punitiva; para estas alturas, Pancho Villa ya no era un revolucionario, era un completo gavillero y bandolero excesivamente furioso y resentido por las traiciones recibidas y se dedica al bandidaje.
En 1920, es asesinado Venustiano Carranza en Tlaxcalantongo, Puebla y los sonorenses toman el poder en la figura de Adolfo de la Huerta, ex gobernador de Sonora, apoyado por los generales sonorenses Álvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Benjamín Hill; en ese momento Pancho Villa decide que ya no hay motivo para seguir en la lucha y acepta el ofrecimiento del Presidente Adolfo de la Huerta, quién le ofrece la Hacienda de Canutillo en Durango a cambio de dejar las armas; así el 26 de junio de 1920, en Sabinas, Coahuila, Pancho Villa firma los Convenios de Sabinas, obligándose a dejar las armas para siempre y el Gobierno de la República se obliga a otorgarle los terrenos, construcciones, haberes y ganado de la Hacienda de Canutillo, Durango, así como un plan de amnistía y apoyo laboral para sus hombres; de esta manera Pancho Villa terminó sus andanzas, convirtiéndose en una leyenda y pasando a la vida privada.
En 1923 el General Álvaro Obregón llega a la Presidencia de la República y ante el temor de que su archienemigo Pancho Villa se le vuelva a levantar en armas, decide asesinarlo, para ello contactó con el
Coronel Lara, quién por cincuenta mil pesos y el ascenso a General, se encargó de organizar todo para emboscarlo el 20 de julio de 1923 en Parral, Chihuahua, sentenciando así lo dicho por Villa cuando le perdonó la vida a Obregón: “Me arrepiento de haberle perdonado la vida a Obregón, porque sé que éste cabrón en cuanto pueda hacerlo, me va a matar”.
Así era Pancho Villa…
Pancho Villa siempre se hizo acompañar de periodistas e intelectuales que dieran fé de todas las batallas; firmó un contrato por veinticinco mil dólares con la Mutual Film Company de Hollywood, California para documentar en imagen sus hazañas y filmar una película sobre su vida: «The life of General Villa» que se estrenó el 14 de mayo de 1914 en Nueva York, siendo un éxito de taquilla. Pancho Villa no tomaba alcohol, nunca le gustó y tampoco le gustaba ver a sus tropas haciéndolo, existe la anécdota de la cantina «La Ópera» en CDMX donde según la leyenda, Emiliano Zapata habría invitado a Villa una cerveza y dado que era abstemio, Zapata le dijo que podía pedir otra cosa, al entrar estaba el sitio abarrotado y Villa para hacer que lo atendieran soltó un balazo al techo, se hizo el silencio, y entonces Pancho Villa ordenó «una cerveza para el General Zapata y una malteada de fresa para mí» quedando hasta la fecha el impacto de bala en el techo de dicha cantina, hoy convertida en el restaurant bar «La Ópera» en CDMX.
Pancho Villa era un hombre extremadamente mujeriego, tenía el ojo muy alegre, varios historiadores coinciden en que tuvo legalmente registrados setenta y cinco matrimonios con los nombres de las mujeres todo muy documentado con nombres, y actas de matrimonio y con todas tuvo cuando menos un hijo o hija; se desconoce cuántas otras mujeres más haya tenido fuera de matrimonios, aunque el Archivo Histórico del Congreso únicamente le reconoce a la señora Soledad Seáñez Holguín, mientras que el Archivo Histórico de la Presidencia de la República y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana le reconocen como esposas a Luz Corral, Manuela Casas y Austreberta Rentería, esa es la “historia oficial”, pero los historiadores e investigadores le reconocen mínimo a setenta y cinco esposas.
Otro rasgo muy característico de la personalidad de Pancho Villa era su afecto por la educación de la niñez y las condiciones de las personas humildes; buscaba siempre la manera de ayudarlos.
Pancho Villa era una persona que tenía como principal valor personal la lealtad, jamás traicionó a nadie, aún habiendo tenido la oportunidad de hacerlo. Se estima que en cada país del mundo existe cuando menos un establecimiento con el nombre de Pancho Villa o alusivo a su figura. Las técnicas de combate de Pancho Villa, así como sus estrategias de guerra y la forma en que lanzaba embates con cargas de caballería fueron adoptadas como materias de estudio por la Academia Militar de West Point en Estados Unidos, donde se forman los oficiales del ejército de ese país. A la muerte de Villa, el magnate de la
prensa William Randolph Hearst pagó cinco mil dólares por la cabeza de Pancho Villa. Pancho Villa, sin duda el mexicano más conocido y reconocido en todo el mundo.
Para terminar, Pancho Villa de carne y hueso,,, virtudes y defectos
El Coronel Alberto Salinas Carranza, en su libro “La Expedición Punitiva” escribe sobre Villa: “Milité en el campo contrario a Villa y sin embargo no quiero exhibirlo como muchos lo hacen, como un bandido vulgar. Lo presento tal y como fué, con rasgos de grandeza indiscutible, generoso, valiente, activo, decidido, audaz y también cruel. Nunca avaro, nunca ladrón, nunca egoísta”.
Por su parte el Historiador Enrique Krauze Kleinbort, en su libro “Villa entre Ángeles y Fierros” presenta a Pancho Villa como la figura central de la Revolución Mexicana, con su atractiva personalidad y carisma y su don de mando flanqueado a su derecha por el General Felipe Ángeles, muy leal, el cerebro, el militar, el político y diplomático que preparaba las batallas y controlaba a la tropa y por su izquierda el General Rodolfo Fierro, irreverente, violento, salvaje, cruel, despiadado, asesino y borracho; asesino compulsivo muy leal a Villa, quien absorbía la responsabilidad de los trabajos sucios y los excesos de la guerra.
Fuentes Bibliográficas:
+ biografíasyvidas.com
+ sabinashidalgo.net
+ memoriapolíticademéxico.org
+ bbc.com
+ inehrm.gob.mx
+ biblioteca.diputados.gob.mx + www.infobae.com
+ mexicanísimo.com.mx
+ méxicodesconocido.com.mx
+ Wikipedia.org