36 años de las Casas del Estudiante “Antonio Sosa Perdomo” y el proyecto educativo de Antorcha
ANTORCHA: 45 AÑOS DE LUCHA EN CHIHUAHUA
Por Froilán Meza Rivera
Hay obras humanas que se miden por su peso en toneladas, por su longitud, por la utilidad pública o personal que prestan a la sociedad. Hay obras materiales asombrosas, existen edificios que siguen causando admiración muchos años e incluso siglos y milenios después de que se levantaron desde el suelo, por su belleza, su magnificencia e incluso por su tamaño. Pero hay otras obras cuya importancia permanece oculta a los ojos de la mayor parte de la gente, unas que por su aparente modestia, están en las sombras y no reciben la atención mediática y social que sí tienen, por ejemplo, los políticos que usan su poder para emitir mensajes por las mañanas, tengan o no algo importante o útil que decir; o las “actrices” o “modelos” cuyas redes sociales reciben millones de visitas sólo porque muestran alguna parte de su anatomía, un día sí y otro también.
Hay en todo esto una intención y un modelo de comunicación y de propaganda diseñado por los dueños del capital, que son también los dueños de los medios y de los mecanismos de comunicación, establecido y desplegado para realizar su estrategia de entretener y de controlar el pensamiento, los gustos y hasta la forma de hablar, de la gente, de los trabajadores. ¿Tus metas en la vida? Hoy en día, la moda impuesta por los medios, obliga a nuestros niños y nuestros jóvenes a “tener” aspiraciones que ellos creen que son suyas, propias, para ser chefs, diseñadores gráficos, youtubers, para ser “trabajadores independientes”, para usar la “tecnología” (así le llama la tendencia de la moda al uso de aparatos electrónicos y cibernéticos, en detrimento del significado amplio del concepto de “tecnología”). Te inculcan ser “autosuficiente”, usar Uber, ropa “de marca”, a comer sushi, a despreciar en la práctica los usos y costumbres de tu propia familia porque tus padres no usan “tecnología” como tú, y trabajan en la maquiladora y no en estas imaginarias empresas “virtuales” que te dicen que tú puedes crear con el uso de tus deditos sobre un teclado y que en un futuro nebuloso e incierto, te van a convertir en rico para que puedas viajar a Santorini, a Orlando, a Mikonos. Te enseñan a ser egoísta. A ver sólo por ti o, en caso extremo, por ti y tu pareja. Te apartan de los problemas sociales, de los conflictos en que viven los demás en esta sociedad y este país, incluso tú mismo, aunque no te des cuenta. Te engañan.
De esta manera, hay cosas que, aunque tienen una naturaleza grandiosa y son dignas de ser conocidas y admiradas, no se conocen porque la atención de los medios no las toca ni por error.
Hoy me quiero referir al trabajo que realizan de manera cotidiana los activistas y los campesinos, estudiantes y colonos que pertenecen al Movimiento Antorchista. Pero en especial al papel que han jugado en Chihuahua los legendarios albergues conocidos como las Casas del Estudiante “Antonio Sosa Perdomo”.
Fundados por el Movimiento Antorchista desde el año de 1983, estos albergues, estos pilares de la educación popular, tienen en la actualidad una importante demanda ante el gobierno del estado: el aumento y regularización del subsidio, que es insuficiente y que les fue cortado desde la anterior administración estatal, que coincide en sus políticas de apoyos sociales con la presente. Así pues, mucho de lo que hacen estas casas para su manutención se basa en la colecta pública, actividad que se ha realizado sin interrupciones desde hace décadas, debido a que el subsidio que entrega el gobierno del estado, además de que lo ha interrumpido durante largos períodos, es insuficiente para solventar los gastos de operación. Las Casas del Estudiante traen e invitan a jóvenes que van a los niveles de educación Media Superior y Superior, a vivir en Chihuahua, y les proporcionan un lugar donde dormir, un espacio para el estudio, equipo de cómputo, comida, oportunidades de superarse en general, y un ambiente de estudio, trabajo y disciplina, y todo esto cuesta, pero al final resulta sumamente beneficioso y productivo.
Las Casas del Estudiante, a las que se les niega un aumento al subsidio, han sido de gran valor para la sociedad. El hecho está a la vista de los chihuahuenses: que esta Institución ha contribuido en forma determinante en la formación de cientos de estudiantes y profesionistas que ponen día a día su preparación académica en favor de la sociedad mexicana.
Se pueden poner, como ejemplos dentro de una lista muy breve e incompleta, a Daría Jiménez Hernández, quien obtuvo un Doctorado por la Universidad de Barcelona, España; al catedrático del Bachillerato Tecnológico Oficial “José María Cajica Camacho” en Tepexi de Rodríguez, Puebla, Ingeniero en Minas por la UACH Jesús Cardona Bernal; las Maestras Irma Rojas Franco (de El Vergel, Balleza, maestra de tiempo completo e investigadora en la Normal del Estado) y Cristina González (de Nicolás Bravo, Madera), autoras ambas del libro de texto de Historia de Chihuahua usado actualmente en 3er grado de Secundaria.
Está también Abraham Arellanes Ramírez, quien recibió el año 2013 de manos del presidente del Congreso de la Unión el Premio Nacional de Finanzas Públicas, y quien es Licenciado en Estudios Internacionales con Economía y Ciencia Política por la Universidad de California en San Diego, y Maestro en Administración y Políticas Públicas por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE). Él es originario de Guadalupe y Calvo.
Está asimismo el Maestro Noel Hiram Bustillos González, Rector fundador de la Universidad de la Tarahumara.
Destaca el Ingeniero Agrónomo Eduardo Muñetón Soto, quien recibió el Premio Chihuahua en 2014, máximo galardón de las letras y las artes en el estado, por su estudio de carácter histórico “Los Julimes, su tiempo en la conquista del Conchos”, que se plasmó en un exitoso libro que es referencia sobre el pasado histórico de la entidad.
Los hermanos Esmirna y Vicente Torres, ella es Odontóloga quien tiene una clínica en la capital del estado, y él es Químico Bromatólogo que trabaja en la Sierra, ambos de Guadalupe y Calvo.
Alma Delia Vargas Terán, Contadora, originaria de Guadalupe y Calvo.
Cuatro hermanas Gómez: Rosa, Maribel, Amparo y Aracely Gómez, de Atascaderos, son maestras rurales.
Elías Ruiz Quintana, originario de Rocheachi, Guachochi, es profesor destacado en la zona indígena de su propio municipio.
La periodista Nadia Sosa Vázquez, hija del fundador de estos albergues, Antonio Sosa Perdomo, participó en su infancia en la formación de las casas y fue de sus primeras moradoras. Ha incursionado en la prensa escrita, digital y en radio, y tiene un Premio Estatal de Periodismo.
Luis Quintana, también de Guachochi, es maestro de Danza.
Nemesio Corral, egresado de Bellas Artes, trabaja en el Colegio Valladolid.
Guillermo García Navarro, maestro en Guachochi.
Luz Rivas, indígena rarámuri, es directora de un plantel de nivel Preescolar en Guachochi.
El escritor y periodista Froilán Meza Rivera, autor de libros de relatos y leyendas populares, es director del periódico digital La Crónica de Chihuahua y uno de los fundadores también de las casas.
Como ellos, hay muchos, cientos de profesionistas y de hombres y mujeres de bien, a quienes la Casa del Estudiante apoyó en su momento, los trajo de sus lugares de origen y los cobijó en su seno, donde se les enseñó la disciplina del trabajo conjunto y el amor por el estudio, amén de que se les inculcó -e inculca- siempre el más profundo sentido humanista posible en estos tiempos: la solidaridad con los desposeídos de la tierra y la necesidad de luchar por un mundo nuevo y mejor, más justo.
Son éstas algunas de las cosas que hay que resaltar y dar a conocer para que el público valore y someta a su criterio y su opinión, para que el pueblo trabajador se entere de que existe en este país, una organización en la que puede confiar y en la que puede basar sus expectativas de lograr una sociedad más justa, un modelo económico diferente, en el que la masas trabajadoras sean el centro de las políticas públicas. Y no las Kardashian enseñando el trasero, que son parte importante del menú informativo preferido de nuestra burguesía.