“Sólo lo difícil es estimulante”, comentó en alguna ocasión el escritor cubano José Lezama Lima, quien en su literatura profesó con el ejemplo y llenó sus escritos de adjetivos y construcciones gramaticales a veces difíciles de penetrar… pero, cuando se les entiende, profundamente gratificantes.
La dificultad nos incita a esforzarnos más. Aunque no menos cierto es que algunas personas frente a lo adverso prefieren retirarse, aburridas o atemorizadas, acaso como efecto de un viejo hábito aprendido frente a aquello que se presenta como un obstáculo a su voluntad y no como un incentivo. Una pena, pues rendirse nos priva muchas veces de descubrir algo que no sabíamos, de disfrutar nuevos placeres e incluso de aprender a partir de los tropiezos. Es una componente estimulante de la dificultad.
Elaboramos este breve elogio a lo presuntamente complejo como introducción a 25 películas que cumplen con dicha característica. Aunque no sean especialemente difíciles, tampoco se trata de cintas particularmente dóciles frente al espectador, pues sea por su elección narrativa, por el uso de lenguaje cinematográfico, por el tema general tratado o por algún otro motivo, representan un reto del tipo al que no siempre estamos habituados cuando nos sentamos a ver una película.
Pero en este caso, la dificultad también tiene su recompensa. Quizá cuando comiencen a correr los créditos finales en alguno de estos títulos tengas la sensación creciente de no saber qué acabas de ver, quizá no atines a articular una sola idea coherente y te sientas abrumado y hasta un poco torpe. Pero también es muy posible que sientas un cosquilleo en tu mente, como un rayo de luz vivo, titubeante, que se esfuerza por salir y crecer.
Compartimos a continuación los títulos y algunos datos al respecto de cada una seleccionados por el estupendo portal Pijama Surf. Apuntar también que esto no es más que unos botones de muestra, que –afortundamente– el listado de maravillosas y profundas películas es inabarcable.
Enemy, Denis Villeneuve (2013)
Una adaptación parcial de El hombre duplicado, novela de José Saramago (2002), esta cinta sigue la historia de un hombre que descubre por casualidad en una película a otro que es idéntico físicamente a él. La búsqueda de este “doble” hace al espectador preguntarse sobre el fundamento de su propia identidad.
Predestination, Peter y Michael Spierig (2014)
Sin mayor introducción, esta cinta sitúa a su espectador en plena acción, y ahí comienza la complejidad. Poco a poco, el espectador es llevado a la comprensión de la trama general, basada en el motivo del viaje en el tiempo
Mr. Nobody, Jaco Van Dormael (2009)
Además del tema principal de la cinta –la posible inmortalidad del ser humano–, Mr. Nobody presenta cierta complejidad por su narrativa fragmentada y su ambición de cruzar diferentes historias.
A Clockwork Orange, Stanley Kubrick (1971)
A primera vista esta película es sencilla, posiblemente perturbadora en algunos de sus planteamientos, pero cinematográfica y narrativamente simple. En el fondo, sin embargo, los temas que toca y las preguntas que plantea en torno a éstos no son especialmente fáciles de entender.
Cloud Atlas, Tom Tykwer y Lana y Andy Wachowski (2012)
La dificultad de esta cinta proviene sobre todo de su narrativa, que integra seis épocas diferentes unidas por la causalidad de ciertos fenómenos. Se trata de un esfuerzo admirable por traducir en el cine la contingencia propia de la vida.
The Fountain, Darren Aronofsky (2006)
Desde sus primeras cintas (Pi y Requiem for a Dream, de 1998 y 2000, respectivamente), Aronofsky se distinguió por ser un director poco común, inclinado hacia la experimentación y la complejidad narrativa. En The Fountain se propuso explorar el tema de la conciencia y su destino una vez que la vida termina.
Abre los ojos, Alejandro Amenábar (1971)
Una cinta que juega con el tópico clásico de la frontera entre la realidad y el sueño y cómo una persona puede ser manipulada para dudar de su propia realidad, o de sus propios sueños.
Shutter Island, Martin Scorsese (2010)
Si bien a Scorsese se le identifica más bien con cintas de criminales, mafias y personajes a medio camino entre el cinismo y la locura, en Shutter Island filmó una historia un tanto fuera de dicha línea, la cual sigue la investigación de un agente policíaco que busca explicar la desaparición de un paciente en un hospital psiquiátrico. Cabe mencionar que el final de la película ha suscitado varios artículos en Internet que buscan explicarlo
Memento, Christopher Nolan (2000)
En esta película, Nolan ensayó un recurso narrativo interesante que quizá confunde de inicio al espectador, pero pronto encuentra su propia lógica
Donnie Darko, Richard Kelly (2001)
A diferencia de otras cintas consideradas de culto, que lograron trascender este límite y dieron cierto salto a la cultura pop, Donnie Darko ha navegado desde su estreno en aguas un tanto apartadas y frías. Quizá esto se deba a la oscuridad de su cinematografía, que se expresa en casi todos los aspectos de la cinta. De cualquier modo, se trata de una película que no ha dejado de fascinar y, sobre todo, perturbar lúcidamente
Inception, Christopher Nolan (2010)
La película más popular de Nolan es también la obra en la que mejor empleó su juego de distintos planos de realidad, logrando ese efecto que también se encuentra en Las mil y una noches, en el Quijote y en algunas narraciones de la literatura oriental: que el espectador ya no pueda diferenciar entre la realidad y la ficción. Hace algún tiempo, Nolan explicó el significado de la escena final de la cinta
Eternal Sunshine of the Spotless Mind, Michel Gondry (2004)
Un clásico de nuestra época, esta película de Gondry cautivó de inmediato a los espectadores por su exploración de la memoria en relación con el amor. Sin embargo, más allá de la temática, la cinta destaca también por el manejo de su narrativa, que hace honor a la complejidad del argumento
Melancholia, Lars von Trier (2011)
¿Cómo pueden convivir en una cinta una boda y la colisión inminente de la Tierra con otro planeta? Esta pregunta, que podría parecer un tanto excéntrica, revela en su respuesta algunas de las contradicciones más enigmáticas de la naturaleza humana. Para los interesados, en el primer ensayo de La agonía del Eros, el filósofo Byung-Chul Han dedica un comentario particularmente inteligente a esta cinta.
Jacob’s Ladder, Adrian Lyne (1990)
Un veterano de la guerra de Vietnam comienza a tener recuerdos tormentosos y un tanto involuntarios de sus días en dicho conflicto; conforme investiga el origen de éstos, descubre una verdad horrenda. Cabe señalar que todos los efectos especiales de esta cinta no son resultado de la posproducción de la misma, sino que fueron filmados en vivo, lo cual también le otorga un gran valor cinematográfico.
Synecdoche, New York, Charlie Kaufman (2008)
En esta lista, Kaufman se encuentra tácitamente en otras dos cintas, pues fue el guionista de Being John Malkovich y Eternal Sunshine of the Spotless Mind, lo cual revela ya su talento para contar historias de formas más bien inusuales. Synecdoche, New York fue su debut como director y el resultado no fue menos complejo. Grosso modo, la cinta cuenta el esfuerzo de un director de teatro (Philip Seymour Hoffman) por montar una obra que aspira a convertirse en la realidad misma. Quien conozca la breve narración de Borges Del rigor en la ciencia puede tener una idea de la trama de esta película.
Fight Club, David Fincher (1999)
Un thriller psicológico que devino cinta de culto, Fight Club cuenta la vida de un oficinista más bien común, con un problema de depresión, insomnio y hastío, que un día se encuentra con un sujeto que parece todo lo opuesto a él: es bien parecido, es audaz, desobedece las reglas, es un tanto cínico incluso. A partir de esta relación ambos inician un “club” cuyo único fin es pelear, pero que pronto da pie a otras acciones.
Blade Runner, Ridley Scott (1982)
Un clásico de la ciencia ficción y del cine en general, esta cinta basada parcialmente en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1968) de Philip K. Dick deja en el aire una de las preguntas más enigmáticas que puede plantearse en torno a la condición decisiva de nuestra especie: eso que hace humano al ser humano, ¿puede replicarse?
Moon, Duncan Jones (2009)
Un hombre ha estado solo durante 3 años en una base lunar, “acompañado” únicamente por una inteligencia artificial. Hacia el final de este período y cuando parece que volverá por fin a reunirse con su esposa y su hija en la Tierra, comienza a tener alucinaciones inquietantes. La famosa “vuelta de tuerca” de la que Henry James habló para las historias que nos llevan más allá de lo esperado, es aplicada aquí con maestría.
El espejo, Andréi Tarkovski (1975)
Una de las cintas más experimentales de Tarkovski (y se dice que también la más íntima), en la que buscó traducir el flujo de conciencia que se presenta en la memoria, que nunca es lineal ni directo, sino más bien fragmentado, interrumpido, con saltos entre épocas no necesariamente consecutivas y sin embargo unidas en un mismo hilo común.
The Tree of Life, Terrence Malick (2011)
A partir de las vivencias de una familia del sur de Estados Unidos, Malick traza una espiral hasta el origen del universo y de la vida en la Tierra, con idas y vueltas entre ese viaje cósmico y la memoria del hombre que está recordando su pasado. La película destaca también por su belleza visual, su edición y la banda sonora.
Primer, Shane Carruth (2004)
Carruth posee una formación como matemático e ingeniero, misma que no ha dudado en incorporar a su trabajo cinematográfico. Esta cinta en especial destaca por la complejidad del desarrollo de su argumento, sus diálogos y los temas filosóficos y científicos que se presentan. El tema general de la cinta es el viaje en el tiempo.
Mulholland Drive, David Lynch (2001)
“Una historia de amor en la ciudad de los sueños”. Con esa descripción Lynch presentó esta película que, en rigor, se clasifica más bien dentro del género del thriller psicológico (un tanto detectivesco).
Inland Empire, David Lynch (2006)
Una de las cintas más arduas de Lynch, por el uso de ciertos recursos cinematográficos pero sobre todo por la narrativa compleja que desarrolla: por un lado, hace que al interior de la película ocurra otra película, pero también establece conexiones con personajes de otras obras suyas (como Twin Peaks o Lost Highway).
2001: A Space Odyssey, Stanley Kubrick (1968)
Si bien es uno de los filmes más conocidos de Kubrick y en cierto modo “transparente”, su posible dificultad se encuentra en el tema que aborda. ¿Es 2001: A Space Odyssey sólo una película de ciencia ficción o más bien un ambicioso relato de la evolución humana?
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Por Pijamasurf