JIRONES DE NUESTRA HISTORIA
NAPOLEÓN BONAPARTE, UNO DE LOS MÁS GRANDES PERSONAJES DE LA HISTORIA UNIVERSAL; GRAN ESTRATEGA MILITAR Y GRAN EMPERADOR; ADMIRADOR DE JOSÉ MARÍA MORELOS Y PAVÓN.
Por: José Luis Jaramillo Vela
De noble cuna y ropajes de seda
Napoleón nació en Ajaccio en la Isla de Córcega, Posesión Francesa en el Mar Mediterráneo, el 15 de agosto de 1769; justamente un año después de que Francia comprara la Isla de Córcega a la República de Génova, por lo que la cultura corsa estaba impregnada por completo de la cultura italiana; nació con el nombre italiano de Napoleone di Buonaparte Romolini, mismo que con el tiempo pasó a Napoleón Bonaparte.
Sus padres, el abogado y diplomático corso Carlo di Buonaparte Paravicini, un noble de la dinastía córsica, durante muchos años fue representante de Córcega ante la Corte del Rey Luis XVI; su madre, María Letizia Romolini Pietrasanta, perteneciente a la alta nobleza italiana, quien fue parte fundamental en la crianza de sus ocho hijos, forjó la disciplina que siempre caracterizó a Napoleón.
En esa época, el aseo personal no era algo que distinguiera a la población europea, y Francia no era ajena a esa fétida costumbre, la costumbre era que la gente se bañaba una vez cada mes, sin embargo, en base al aseo personal, María Letizia Romolini fue implantando el espíritu de disciplina en la Casa Bonaparte, incluidos su esposo, sus ocho hijos, sus sirvientes y ella misma. Napoleón y sus ocho hermanos debían bañarse todos los días y vestir ropas limpias cada día, todos en la casa debían lucir impecables, desde los padres y los hijos hasta los sirvientes. Esa fue la manera en que Napoleón Bonaparte aprendió la disciplina personal y debido a eso, toda su vida lució impecablemente aseado y vestido, al grado de contar con un valet, encargado de su ropa y sus artículos de aseo personal, aún en el campo de batalla.
El carácter de Napoleón era huraño y taciturno, callado y silencioso; aunque su nacionalidad era francesa, sentía una profunda aversión hacia los franceses, a quienes acusaba de tener oprimidos a los corsos; desde muy chico se interesó por las matemáticas, la geografía y la lectura de obras clásicas; a pesar de que era muy bueno para las matemáticas y la geografía, en general no era un buen estudiante.
En 1779, con apenas diez años de edad, su padre lo envía a Francia continental junto con su hermano José, a estudiar en la escuela militarizada de Brienne le Cháteau, donde se vió obligado a aprender el idioma francés, puesto que él hablaba solo italiano; al aprender el francés, nunca perdió el acento italiano; este hecho, a pesar de su muy corta edad, lo marcó para toda su vida, porque se apasionó por la milicia y en 1784 a los quince años es admitido en la École Royale Militaire de París.
En 1786, con 16 años se gradúa como Teniente Segundo de Artillería y comienza su carrera militar, siendo enviado a la guarnición militar de Valence y después a la de Auxerre, donde estuvo hasta el estallido de la Revolución Francesa y solicita una licencia para irse a su tierra, la Isla de Córcega, en donde es nombrado Comandante de la Guardia Nacional de Voluntarios Corsos; al entrar en conflicto con el líder nacionalista corso Pasquale Paoli, la familia Bonaparte es obligada a huir a Francia continental en junio de 1793. Este hecho, el tener que salir de su propia tierra junto con su familia, pegó muy duro en el ánimo de Napoleón, incubando en él, la semilla del poder, de ser el poderoso líder en que a la postre se convirtió.
Napoleón comienza a curtirse en las batallas, emerge el gran militar y el líder
Su primer combate fue en Toulon, una fuerza angloespañola había desembarcado en el puerto de Toulon y tomado el fuerte militar, el General Antoine Salicet fue enviado al frente de las fuerzas francesas para liberar el fuerte, Napoleón iba como Comandante de Artillería y le dice al General Salicet que él cree que con pura artillería pueden desalojar el sitio, sin necesidad de exponer a la tropa; el General le da la oportunidad y Napoleón, especialista en artillería, dispuso emplazamientos de artillería muy novedosos para la época, de modo que la disposición de la artillería creaba un efecto de superioridad de fuego mucho más grande que la que en realidad tenían; terminaron por desalojar el fuerte y recuperar la ciudad.
En esta acción de guerra, Napoleón mostró una enorme determinación en el campo de batalla, un gran conocimiento, innovación y manejo de los grupos de artillería y sorprendió a todos por su frialdad bajo fuego, convirtiéndose en el héroe de la batalla; esto le valió a Napoleón ser ascendido a General Brigadier. Napoleón tenía amistad muy sólida con Auguste Robespierre, hermano menor de Maximilien Robespierre, uno de los grandes líderes de la Revolución Francesa; pues en 1794, el ahora General Brigadier Napoleón Bonaparte es enviado a una misión secreta para rescatar a Maximilien Robespierre de un grupo de traidores a la revolución que los habían hecho prisioneros y encarcelado en París; Napoleón debía tomar por asalto la cárcel y liberar a Robespierre de la manera más sigilosa y furtiva posible, pero lo que Napoleón no sabía era que la misma ciudadanía había ya liberado a Robespierre y su grupo, quienes se fueron a refugiar al edificio del ayuntamiento; al llegar Napoleón, tropas leales a la Corona Francesa habían atacado el ayuntamiento, llevándose de nuevo a Robespierre, quien fue ejecutado en la guillotina junto con sus veintiún colaboradores; Napoleón fue acusado de haber entregado a Robespierre a los traidores de la revolución y fue arrestado, permaneció quince días en cárcel hasta que se comprobó su inocencia.
La Revolución Francesa duró diez años, de 1789 a 1799, durante ese tiempo, se libraron muchas batallas; en 1794, a la caíde de Robespierre, se forma la “Convención de Termidor”, de ahí surge una forma de gobierno llamada “Directorio”, formado por un grupo de notables que ejercían el gobierno, pero también cayó en excesos y la multitud se reveló contra ellos y atacó el Palacio de las Tullerías; Napoleón, que en ese momento se encontraba en París de vacaciones, al enterarse del ataque, improvisó un pequeño batallón, consiguió artillería y se fue a defender al Directorio de Gobierno. Con esta defensa del gobierno, Napoleón no solo acrecentó su fama y liderazgo, sino que le permitió tener poder e influencia en los miembros del Directorio, en especial sobre su líder Francois Barrás. Napoleón había abierto las puertas del poder, que era una de sus grandes ambiciones, puertas que ya no se cerrarían.
Napoleón se casa y es enviado a Italia, no hubo luna de miel
El 9 de marzo de 1796, Napoleón Bonaparte, con 27 años se casa con Josefina de Beauharnais quien era seis años mayor que él y había enviudado de su primer esposo, el Vizconde Alexandre de Beauharnais; Napoleón la conoció como amante del Presidente del Directorio de Gobierno Francois Barrás y se enamoró de ella, se casaron y a los dos días, Napoleón es enviado a invadir Italia, arruinando su luna de miel que ya tenían preparada. La invasión a Italia ya estaba decidida y preparada, lo más probable fue que Francois Barrás, despechado porque Napoleón se caso con quien era su amante, adelantó los eventos para arruinarle su luna de miel a Napoleón.
El Directorio de Gobierno de Francia, envía al General Brigadier Napoleón Bonaparte al frente del Ejército Francés para invadir a Italia, con la misión de sacar a las fuerzas austríacas de Lombardía y luego marchar sobre Roma, destronar al Papa y llevarlo prisionero a Francia. Antes de partir a Italia, Napoleón a quien los jefes del Directorio de Gobierno en tono de burla le decían “El Pequeño Cabo”, debido a su buena relación con sus tropas y su estado mayor; entonces, antes de partir, Napoleón arenga y motiva a sus tropas con estas palabras: “Soldados: estáis mal vestidos y mal alimentados, el gobierno os debe mucho, pero extensas provincias y grandes ciudades serán vuestras, allí encontraréis la gloria y la riqueza”.
Napoleón invadió con éxito a Italia, logró sacar a los austríacos de Lombardía y reclamar para Francia el norte de Italia, la Lombardía, el Piamonte y toda la región de los Alpes Italianos; se enfrentó a cuatro diferentes ejércitos austríacos, muy superiores en número y los derrotó a todos. Todo lo hizo muy bien Napoleón en nombre de Francia, pero comenzó a extralimitarse y a perder piso.
Napoleón desoye órdenes, toma decisiones y actúa por su cuenta sin consultar al Directorio
Al sacar a los austríacos de Lombardía, Napoleón por su cuenta, avanza sobre Viena la capital de Austria y obliga al gobierno austríaco del Conde Ludwig von Koblenz a firmar el Tratado de Campoformio, un tratado de no invasión sobre la región ocupada por Francia; luego Napoleón también actuando por su cuenta, se va hasta Venecia y ocupa la ciudad y la reclama para Francia; ahí Napoleón unifica las regiones de Piamonte, Lombardía, Mantua, Venecia y Toscana y crea la “República Cisalpina”, la cual pertenecerá a Francia y cuya capital será Milán y dependerá del Directorio de Gobierno de Francia; Napoleón también creó la bandera de la República Cisalpina, que es la actual bandera de Italia.
Después de esto, Napoleón marcha sobre Roma y ocupa la ciudad, pero desobedece la orden de destronar al Papa Pío VI y llevarlo prisionero, solo porque hizo un reclamo por la ejecución del Rey Luis XVI. Mientras en París, el Directorio de Gobierno se ve obligado a ratificar todo lo que Napoleón andaba haciendo por su cuenta en Italia, porque al final, todo eso beneficiaba a Francia; así es que ratificaron todo, pero mostraron su malestar por lo sucedido; al Directorio de Gobierno no le gustó la actitud de Napoleón, pero deciden no enemistarse con el Ejército, sobre todo porque Napoleón ya ejerce un sólido liderazgo sobre toda la milicia francesa.
Se asoman las intenciones imperialistas de Napoleón y es enviado a Egipto
En marzo de 1798, Napoleón propone ante el Directorio de Gobierno de Francia llevar a cabo una expedición para colonizar Egipto, que en ese entonces pertenecía al Imperio Turco Otomano; el objetivo que planteaba Napoleón era arrebatarle Egipto a los turcos, hacerlo una posesión francesa y cortar la ruta de Gran Bretaña hacia la India, bloqueando el Estrecho de Suez, haciéndolos rodear por todo el continente africano; el Directorio se preocupó porque
no estaban seguros del éxito de la expedición y por el costo de la misma, pero aún así aprobaron el proyecto, porque eso significaba mantener alejado a Napoleón del centro del poder.
Desde lo sucedido en Italia, el Directorio veía como Napoleón cada vez más mostraba una ambición de poder, y aunque no formaba parte del Directorio de Gobierno, tenía mucha influencia y cercanía con casi todos los miembros, así es que por esos motivos lo dejaron marchar a Egipto, para que estuviera muy lejos de las tentaciones del poder.
Napoleón Bonaparte sale rumbo a Egipto al frente de 25,000 soldados, en el camino, nomás porque se le atravesó la Isla de Malta, la conquistó como posesión francesa; lo que no sabía Bonaparte era que la Armada Británica, al mando del legendario Almirante Horatio Nelson, iba atrás de él con la intención de evitar que les impidiera el paso por el Estrecho de Suez y el acceso al Río Nilo. En julio de 1798, Napoleón con su ejército de 25,000 hombres derrota a un ejército de cien mil turcos en “La Batalla de las Pirámides” y se hace con el control de Egipto; pero mientras se peleaba esa batalla, en el Río Nilo el Almirante Nelson destruyó toda la flota francesa, solo les dejó dos naves, dejando a Napoleón y su ejército atrapados en Egipto. Napoleón tomó el control del gobierno de Egipto y lo primero que hizo fue abolir la esclavitud, eliminar el feudalismo y garantizar los derechos básicos de los ciudadanos, provocando como efecto inmediato, mejores niveles de bienestar en los egipcios.
Estancado en Egipto, con 25,000 soldados y sin naves para regresar a Francia, Bonaparte decide apoderarse de los actuales territorios de Siria e Israel, que también eran parte del Imperio Otomano; se apodera de las ciudades de Jaffa, El Harish, Gaza y Haifa, cometiendo los soldados toda clase de robos, saqueos y asesinatos y reclamándolas como posesión francesa.
Napoleón Bonaparte regresa a Francia, disuelve el Directorio y consuma el Golpe de Estado
En mayo de 1799, Napoleón se regresa a Francia, recibió noticias de que el Directorio de Gobierno debido a la corrupción, tenía a Francia sumida en una inestabilidad política, motivo por el cual ya no estaba enviando suministros a las tropas en Egipto, así es que Napoleón toma una de las dos naves útiles y regresa a Francia, tenía que hacer que el Directorio de Gobierno enviara naves a recoger a sus tropas en Egipto y regresarlas a casa, la misión estaba cumplida y solo era cuestión de que el Directorio ejerciera el control y enviara una pequeña fuerza militar.
De regreso en París, Napoleón se da cuenta de que la realidad es mucho más preocupante de lo que le habían dicho; el Directorio de Gobierno, sumido en los excesos, la corrupción y la ineficiencia, tenía a la República Francesa en bancarrota; además, la Gran Bretaña, aliada con Austria, Rusia, Portugal y el Reino de Nápoles estaban a las puertas de una inminente invasión a Francia y Napoleón se da cuenta de lo terrible que sería sufrir una invasión y sabe que tiene que hacer algo por evitarlo.
Aquí es cuando un grupo de notables, encabezado por Emmanuel-Joseph Sieyés, Pierre Roger Ducós, Charles-Maurice de Talleyrand, todos ellos miembros del Directorio de Gobierno, acompañados de Lucien Bonaparte, hermano de Napoleón y Presidente del Consejo de los Quinientos; todos ellos se acercan a Napoleón para pedirle su respaldo militar para llevar a cabo un golpe de Estado y derrocar al Directorio de Gobierno….y Napoleón ve su gran oportunidad.
El 9 de noviembre de 1799, Napoleón Bonaparte al frente de sus tropas asalta el Palacio de las Tullerías, dispersa a los Directores y Legisladores y disuelve el Directorio de Gobierno y la Cámara de Diputados, consumando el Golpe de Estado; de esta forma, Bonaparte, Seiyés y Ducós asumieron como Cónsules Provisionales y en ellos quedó concentrado el poder del Gobierno de Francia.
…pero el astuto y ambicioso Napoleón Bonaparte traía lista su jugada.
Como Cónsul, Napoleón comienza a construir su Imperio
Es verdad que Pierre Roger Ducós como artífice de la idea del Golpe de Estado, deseaba convertirse en Primer Cónsul y luego en Presidente de Francia, pero Napoleón sentía que él había cargado con todo el peso del complot y creía merecer el más alto cargo, pero en sus planes no figuraba ser Presidente, en su mente ya había creado un Imperio con él como Emperador de Francia.
Napoleón, quien contaba con la simpatía (y el temor) de los nuevos legisladores, redactó “La Constitución del año VIII” en la que el Congreso lo elegía Primer Cónsul y estaba redactada la dichosa ley, para que todo el poder recayera en él; su poder aumentó cuando “La Constitución del Año X”, lo nombra Primer Cónsul Vitalicio y se convirtió en el hombre más poderoso de Francia.
Napoleón restableció la paz con el Vaticano y la Iglesia Católica, recuperó todos los territorios del norte de Italia que el Directorio de Gobierno permitió que Austria se los arrebatara; también conquistó el Reino de Nápoles y nombró Rey a su hermano mayor José Bonaparte, a quien apodaban “Pepe Botellas”, por su desmedida afición al coñac; después, José Bonaparte se autoproclamó como Rey de toda Italia y con ello, Francia controlaba casi por completo el Mar Mediterráneo… solo le faltaba España, era cuestión de tiempo.
Napoleón Bonaparte se proclama Emperador y se echa encima a Gran Bretaña
El 18 de mayo de 1804, Napoleón Bonaparte se proclama Emperador de Francia, transformó su Consulado Vitalicio en un Imperio Hereditario, de modo que cuando el faltase, el Imperio recaería en su hijo; con esto evitaba también cualquier golpe de Estado, o intento de asesinato para derrocarlo. Ya como Cónsul, Bonaparte había demostrado ser un dirigente autoritario y estricto, pero también siempre se preocupó por el bienestar de la población. Recién se proclamó Emperador, dictó el “Code Civil des Francais”, conocido también como “Código Napoleónico”, en el que intenta unificar todas las leyes francesas, resguardar y garantizar las libertades individuales de los ciudadanos, restaurar la ley y el orden, estandarizar los procedimientos y procesos judiciales buscando la verdadera aplicación de la justicia y terminar con los excesos y corrupción que dejó el Directorio de Gobierno. Este Código Napoleónico influyó de manera trascendental en los sistemas jurídicos de todo el mundo y se constituyó en la piedra angular de las actuales Constituciones de todos los países libres del mundo.
Europa estaba compuesta en su totalidad por monarquías, después de la Revolución Francesa, se convirtió en República y eso motivó el rechazo y el no reconocimiento de las monarquías hacia el nuevo gobierno francés, ahora como Imperio Francés, las monarquías con mayor razón se negaron a reconocer, ni al Imperio ni al emperador; lidereados por Gran Bretaña como la monarquía más poderosa del mundo y no solo no reconocieron a Francia ni a Napoleón, tampoco reconocieron a ninguna de las conquistas. Europa completa veía a Napoleón como una verdadera amenaza, que en cualquier momento podría invadir al país que se le ocurriera. Lo que sucedió fue que Gran Bretaña por medio de cuantiosos pagos, compró las alianzas de otras monarquías para oponerse a Napoleón; la verdad era que Napoleón inspiraba verdadero terror en algunas monarquías.
Aún así, Napoleón se anexó el Reino de los Países Bajos, Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia y Montenegro y el norte de Alemania en Bremen y Lubeck, en estas conquistas nombró Rey a otro de sus hermanos, Luis Bonaparte, también reclamó para Francia la propiedad de 16 territorios de ultramar, lo que hizo de Francia el país con más territorios ultramar conquistados en el mundo, situación que prevalece hasta la actualidad.
En 1808, Napoleón invade España, hace prisionero al Rey Fernando VII y lo encarcela en París, del Reino de Italia se trae a su hermano Pepe Botellas y lo instala como nuevo Rey de España; esta invasión tuvo efectos inmediatos en la Ciudad de México, capital de la Nueva España.
El Emperador Napoleón Bonaparte admirador de José María Morelos
En la Nueva España, desde hacía varios años, Fray Servando Teresa de Mier y Fray Melchor de Talamantes ya venían trabajando de forma clandestina, las ideas libertarias y democráticas de los franceses Rousseau, Voltaire y Montesquieu, con algunos grupos de intelectuales mexicanos, entre los que se encontraban empresarios, hacendados, militares, comerciantes y curas como el Obispo Abad y Queipo, Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y otros más; incluso habían tenido contacto con Maximilien Robespierre, padre de la Revolución francesa. Por otra parte, la influencia de Napoleón Bonaparte en el mundo se dejaba sentir, no solo en lo militar, sino en lo político debido a que era muy popular, a pesar de ser un Emperador, protegía a su gente y eso le atrajo muchos admiradores entre los que se encontraban todos los iniciadores del movimiento insurgente, y muy en especial, el Cura Morelos.
A Napoleón Bonaparte le interesaba mucho el estar informado de lo que ocurría en el mundo de la época, cuando invade España y hace prisionero a Fernando VII, estuvo muy atento y muy bien informado de los efectos que dicha invasión causaría en la Nueva España, puesto que era la posesión española más grande del mundo y por supuesto puso sus ojos en nuestro territorio, ante la debilidad de la Corona Española al ser invadida por él.
Bonaparte sabía muy bien como se había gestado y como se estaba desarrollando el movimiento insurgente; en mayo de 1812, Napoleón estaba por lanzarse a invadir Rusia (cosa que nunca debió haber hecho), cuando se entera de la heroica defensa que hizo el Cura José María Morelos y sus insurgentes de la ciudad de Cuautla, tras 72 días de asedio por las tropas realistas del temible y sanguinario General Félix María Calleja del Rey, quien no pudo con Morelos y optó por emprender la retirada, escribiendo una carta al Virrey Venegas en donde describe la valentía y la pasión con que Morelos defendió Cuautla.
La curiosidad de Napoleón le hizo interesarse e indagar sobre este singular cura-militar y se enteró del ideario del Siervo de la Nación y seguramente le agradó tanto que dijo la conocida frase “Consíganme dos Morelos y yo conquisto al mundo”.
Ocaso y fin de Napoleón Bonaparte
Los ingleses le habían asestado una muy dolorosa derrota a Napoleón, en la Batalla de Trafalgar el Almirante Nelson con dos mil naves de la Armada Británica hizo pedazos a la Armada Francesa, después de esto el Senado Francés y El Consejo de los Mariscales, que eran Generales eméritos le piden la renuncia; y él abdica en favor de su hijo, pero no es aceptado y termina renunciando a la soberanía, pero negocia su salida y la de su familia hacia la Isla de Elba donde residiría y también le respetaron su título de Emperador hasta que muriera.
Al enterarse de que los ingleses presionaban para desterrarlo a una isla remota, Napoleón regresa a Francia, retoma el poder y el ejército, promulga una nueva ley democrática y con un ejército de ochenta mil hombres se lanza a tratar de invadir Gran Bretaña y acabar con los ingleses, quienes enterados de la situación, lo estaban esperando con 122,000 hombres en la región de Waterloo en Bélgica, al mando del General Arthur Wellesley; de esa forma, el 18 de junio de 1815 se libra la famosísima Batalla de Waterloo, en la que Napoleón es derrotado por los ingleses, marcando el ocaso de su brillante carrera militar, es entonces que abdica en favor de su hijo Napoleón II. Es hecho prisionero y desterrado a la Isla de Santa Elena, una remota posesión británica en el Atlántico, situada a 1900 kms. de las costas de Namibia en África.
El Emperador Napoleón Bonaparte muere el 5 de mayo de 1821 a las 17:49 hrs, de lo que se creyó era un cáncer de hígado o de estómago, debido a los dolores que presentó; sin embargo, recientes investigaciones a mechones de su cabello cortados al morir, revelan altas concentraciones de arsénico, por lo que pudo morir envenenado, ya sea por homicidio, por suicidio o incluso pudo ser de forma accidental.
Las últimas palabras de Napoleón antes de morir fueron: “Francia, el Ejército, Josefina”.
Curiosidades y frases de Napoleón
+ Cuando estuvo en Egipto, pidió pasar una noche en la Pirámide de Keops en la tumba del Faraón Tutankamen, donde duró siete horas, al amanecer salió tambaleante, muy pálido, rostro desencajado y con la mirada perdida, cuando sus soldados le preguntaron qué había pasado, él solo respondió “Aunque os lo dijera, nunca me creerían”.
+ La influencia de Napoleón en México se ve reflejada en Agustín de Iturbide, tomó el título de Emperador por Napoleón, además su ceremonia fue una copia de la coronación de Bonaparte.
+ el Presidente Vicente Guerrero en sus discursos intercalaba fragmentos de los discursos de Napoleón.
+ En el Castillo de Chapultepec se encuentra una máscara mortuoria de Napoleón Bonaparte.
Algunas frases:
+ “Las batallas contra las mujeres son las únicas que se ganan huyendo”.
+ “Solo hay dos palancas que mueven a los hombres: el miedo y el interés”.
+ “Cuando quiero que un asunto no se resuelva, lo encargo a un comité”.
+ “La envidia es una declaración de inferioridad”.
+ “Vísteme despacio porque tengo prisa” a su valet personal.
Fuentes Bibliográficas:
+ admagazine.com
+ infobae.com
+ semar.gob.mx
+ books.openedition.org
+ nationalgeographic.es
+ confilegal.com
+ 65ymas.com
+ embamex.sre.gob.mx
+ elconfidencial.com
+ es.wikipedia.org