Por Ignis Natura
La alimentación juega un papel muy importante en el desarrollo y la prevención de las enfermedades, como la enfermedad del cáncer.
El cáncer es originado por una combinación de factores y no quiere decir que con tan solo una dieta podamos evitar que suframos esta enfermedad, pero sí existen alimentos que aportan grandes beneficios para el organismo que pueden reducir el riesgo de esta enfermedad.
Al igual que hay alimentos que se deben evitar en el caso de padecer esta enfermedad como son la reducción del consumo de carne roja y los productos lácteos, así como no tomar alcohol y azúcar, hay ciertos alimentos y bebidas que tienen propiedades anticancerígenas.
Los alimentos anticancerígenos contienen unos agentes activos que los estudios científicos de laboratorio han demostrado que destruyen las células cancerosas. Además contienen otras sustancias que apoyan a los mecanismos del cuerpo a detener el crecimiento y la multiplicación de las células cancerosas así como evitan la invasión en los tejidos circundantes.
10 bebidas que combaten el cáncer.
Té verde.
Los radicales libres pueden dañar el ADN de las células que pueden multiplicarse de forma anormal y convertirse en el punto de partida de varios cánceres.
El té verde contiene compuestos antioxidantes llamados catequinas que son eficaces en la eliminación de los radicales libres, reduciendo así el riesgo de cáncer.
Se ha demostrado según algunos estudios, que las personas que habitualmente consumen té elaborado a partir de hojas de té, tienen menor riesgo de desarrollar muchos tipos de cáncer.
Otros tipos de té como el té negro y oolong también contienen catequinas, pero el té verde es mucho más potente en antioxidantes.
La acción protectora del té verde contra el cáncer no solo se limita a su poder antioxidante, sino que parece ser que debido a que el té contiene otros fitoquímicos, inhibe la acción de las enzimas que activan el crecimiento del tumor, la promoción de la auto-destrucción de células anormales a través de un proceso llamado apoptosis, y restringe el crecimiento y la propagación del cáncer a otros tejidos.
Té de Kombucha.
La Kombucha es una bebida fermentada que aporta grandes beneficios a la salud y ha sido utilizada en China durante siglos.
Científicos rusos realizaron estudios sobre esta bebida y sus acciones contra el cáncer al observar que las personas que consumían regularmente esta bebida en zonas de Rusia donde esta bebida se toma tradicionalmente no padecían cáncer.
Los estudios confirmaron que esta bebida tiene un gran efecto desintoxicante en el hígado que protege contra varios tipos de cáncer.
Las investigaciones atribuían el efecto de desintoxicación del té de Kombucha a su alto contenido de ácido acético, pero pruebas recientes de laboratorio han demostrado que el ácido glucárico que contiene esta bebida tiene propiedades quimiopreventivas definidas.
Uvas rojas.
Las uvas contienen resveratrol, un polifenol que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ofrecen protección contra el cáncer, y las uvas rojas y moradas en particular contienen más niveles de esta sustancia.
Acción anticancerígena del resveratrol ha sido examinada en varios estudios de laboratorio tanto in vitro como en animales. Se ha demostrado por ejemplo que el resveratrol ha demostrado tener un efecto beneficioso en los cánceres de próstata y de mama en ratones, así como en los cánceres del tracto gastrointestinal, pero no todos ellos se han replicado en los ensayos clínicos.
Un estudio epidemiológico a largo plazo ha demostrado una reducción del 50% en el cáncer de mama en mujeres que obtenían resveratrol a través del consumo de uvas en la alimentación, pero no de beber vino.
El consumo regular de pequeñas cantidades de agentes quimiopreventivos a través de la dieta puede ser la mejor apuesta en la lucha contra el cáncer.
Brócoli.
La investigación muestra que el consumo de brócoli y otros vegetales de la familia de la col como son las coles de Bruselas, la col rizada y la berza disminuyen el riesgo de varios tipos de cáncer incluyendo el de próstata, mama, estómago y cáncer colorrectal.
Casi todas las verduras crucíferas contienen vitamina C y las de color verde oscuro como la col rizada son buenas fuentes de vitamina K.
La acción anticancerígena de estas verduras podría deberse al efecto antioxidante como a los compuestos orgánicos de azufre que contienen estos vegetales.
Estos compuestos se descomponen en el cuerpo para producir agentes antiinflamatorios llamados indoles y los isotiocianatos, que tienen una acción inhibidora sobre las enzimas que inician el cáncer. Incluso pueden promover la apoptosis, el mecanismo de autodestrucción de las células defectuosas que tienen el potencial de convertirse en células cancerosas. Otras sustancias bioactivas que contienen estas verduras como el brócoli son el kaempferol, quercetina y ácido fólico, que pueden contribuir a la protección contra el cáncer.
Arándanos.
Los arándanos tienen un fuerte poder antioxidante gracias al alto contenido de antocianinas.
Los estudios en animales han demostrado que el extracto de arándano puede disminuir la inflamación y reducir el riesgo de cáncer de esófago. Se puede controlar el progreso del cáncer de boca, de mama y próstata mediante la promoción de la auto destrucción de las células cancerosas.
El alto contenido de vitamina C, así como la presencia de elagitaninos pueden contribuir al efecto anticancerígeno de esta fruta ya que estos compuestos protegen el ADN del daño de los radicales libres, que es el punto de partida de muchos tipos de cáncer.
Los arándanos también contienen una sustancia llamada pterostilbeno que se ha encontrado causa la autodestrucción de células anormales en el tejido del estómago, páncreas y pulmón.
Frijoles.
Los frijoles contienen vitaminas del complejo B, folato, además de ser una buena fuente de proteína y fibra soluble. Esta vitamina juega un papel importante en la regulación de la división y la reparación celular.
Una dieta con cantidades suficientes de ácido fólico protege contra el cáncer de páncreas.
Las legumbres también contienen otras sustancias como almidones resistentes que pueden ofrecer cierta protección contra el cáncer ya que no son digeridos en el intestino y ayudan a evitar los picos de azúcar en la sangre y la resistencia a la insulina. Otros beneficios incluyen la reducción de colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y otras condiciones inflamatorias que pueden conducir a padecer cáncer colorrectal.
Los almidones resistentes proporcionan sustento a los microbios en el colon, donde se descomponen en ácidos grasos de cadena corta que tienen un efecto protector sobre las células del colon.
Granos entero
Aunque una dieta baja en carbohidratos es generalmente considerado saludable, los cereales integrales tienen algún poder para combatir el cáncer debido a la fibra soluble e insoluble que contienen. La fibra de los granos enteros ayuda a facilitar su movimiento más rápido por el tracto digestivo y a la rápida eliminación, esto evita que las sustancias tóxicas en los alimentos causen daño a la pared intestinal. La fibra en sí absorbe muchas toxinas y las elimina del cuerpo.
Varios estudios han demostrado una menor incidencia de cáncer de estómago y cáncer colorrectal, así como cáncer de próstata y de mama en las comunidades que incluían grandes cantidades de granos enteros en su dieta.
Compuestos como los flavonoides, lignanos, saponinas y ácido fítico se encuentran entre los que ofrecen este efecto protector contra el cáncer.
El arroz integral y la avena también tienen propiedades antioxidantes debido al selenio que contienen.
Nueces.
Las nueces ofrecen varios beneficios para la salud incluida su acción anticancerígena por los compuestos bioactivos que contienen como son elagitaninos, ácido alfa linolénico, polifenoles, fitoesteroles, melatonina y gamma-tocoferol.
Varios estudios en animales han demostrado que la inclusión de las nueces en la dieta detiene o ralentiza el avance del cáncer de mama y el cáncer de próstata.
Los elagitaninos se convierten en ácido elágico y más tarde en urolitinas que se sabe que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. El gamma-tocoferol es un tipo de vitamina E que tiene una excelente acción antioxidante y protectora contra el cáncer, al igual que la hormona melatonina tiene propiedades antioxidantes y los fitosteroles pueden actuar como agentes anti-inflamatorios.
Tomates y salsa de tomate.
Los tomates son ricos en licopeno, un pigmento carotenoide que es un excelente antioxidante que puede proteger contra el daño del ADN.
Las pruebas han demostrado que el licopeno reduce señales inflamatorias que desencadenan cambios celulares e inhibe el crecimiento de células anormales.
Las propiedades del licopeno pueden reducir el riesgo de cáncer de próstata y puede ayudar a retrasar el progreso de la enfermedad cuando se combina junto con las terapias de cura de esta enfermedad. Puede proteger contra el cáncer de estómago, endometrio y los pulmones también.
Chocolate negro.
Los estudios de laboratorio han demostrado que las catequinas, polifenoles y proantocianidinas que tiene el chocolate puro pueden prevenir la formación de tumores y retardar el crecimiento y la proliferación del cáncer.