1….’Rosalía siempre va a ser Motomami, pero ya está evolucionando’
AGENCIA
Viktor Hammarberg, un joven sueco de 30 años, es una de las mentes detrás del universo visual de Motomami y diseñador gráfico de cabecera de Rosalía. El trabajo visual que hizo Hammarberg -junto a Ferran Echegaray, Rosalía, Daniel Sannwald y Pili Vila (hermana de la cantante y su directora creativa) le valió el Grammy a mejor diseño de álbum. Ahora, Hammarberg también ha colaborado con artistas como Rita Ora y SZA.
Todo esto agarró por sorpresa al ahora diseñador de profesión, quien durante la pandemia perdió su trabajo como creador de contenido de redes sociales de un restaurante sueco y se dedicó a matar tiempo subiendo sus diseños a Instagram, donde fue descubierto por la hermana de Rosalía.
El diseño gráfico no fue una carrera para la que se preparó Hammarberg, pues aprendió de forma autodidacta como buen adolescente noventero: descargando Photoshop de forma ilegal para ponerse a jugar con sus creaciones.
¿Cómo es que llegaste a ser diseñador gráfico de Rosalía?
Se acercaron conmigo porque la hermana de Rosalía encontró mi cuenta de Instagram, ella es la directora creativa de Rosalía. Aunque su equipo ya tenía una idea, querían que sumara mi toque personal. Por ejemplo, el concepto de las tres mariposas en el logo de Motomami es un concepto de Ferran Echegaray, también del equipo de Rosalía. Solo me enseñaron este boceto que tenían en una servilleta. Mi trabajo fue tomar esa idea y volverla algo que conectara con su música. El logo en graffiti fue mi idea, una a la que llegué experimentando, hice como 50 versiones. El que se quedó tiene este aspecto hasta cierto punto caricaturesco, juguetón, pero también es duro, transmite confianza.
El concepto es una visión de su equipo, ellos me presentaron su música y sus ideas. Mi trabajo fue traducir todo esto en algo visual. Poco a poco, entre todos empezamos a dar forma al perfil gráfico de Rosalía.
En las conversaciones que tuvimos como equipo llegamos a la conclusión de que «Moto» es la faceta de celebridad de Rosalía, mientras que «mami» es su faceta natural. Jugamos con esa idea.
Algo que llama la atención en el diseño del disco Motomami es que, en un mundo donde todo es digital, el diseño de las canciones y sus detalles están hechos con una herramienta tan análoga como lo es un bolígrafo.
Creo que una de las razones por las que eligieron mi trabajo es porque mi estilo es nostálgico. La idea de usar un bolígrafo fue porque me pareció que daba el aspecto de que era algo crudo, pero a la vez auténtico.
¿Cómo fue el proceso de hacer la traducción de lo musical a lo visual?
Me mandaron la música, la escuchaba repetidamente como música de fondo mientras dibujaba y diseñaba. Hentai, una de mis canciones favoritas, me ayudó a empatar mi estado mental con el de la artista. Tengo mi propio estilo, pero cuando hago un trabajo para un músico, escuchar su disco me ayuda a ir añadiendo elementos y matices que van con su estilo, como si le pusiera el betún a un pastel.
También eres el autor de los diseños de Despechá y Lie like you love me, que son distintos a Motomami, pero sigue siendo consistente. ¿Cómo logras eso?
Para estos proyectos estuvimos discutiendo sobre cuál es la siguiente era de Rosalía. Motomami es un gran álbum y tuvo un gran impacto cultural, ella siempre será «motomami» de alguna manera. Pero al mismo tiempo, el álbum ya salió, ahora lo que estamos haciendo es el inicio de una nueva era, nos estamos alejando del rojo y blanco de Motomami y empezando a ver qué le depara a Rosalía y cómo evolucionará. Siempre se estuvo muy consciente sobre esta idea.
Motomami tiene un perfil gráfico muy fuerte, uno puede verlo de reojo e inmediatamente identificar que se trata de Motomami y de Rosalía. Pero ahora estamos abriendo la caja y analizando con qué nos quedamos y qué se va.
Motomami es parte de Rosalía, pero ella está evolucionando y se está convirtiendo en algo nuevo y las portadas de esos dos sencillos lo demuestran. Despechá no tiene un arcoíris, pero aun así se siente más colorido y ese más o menos hacia donde vamos. Motomami siempre fue esta idea del proceso de oruga a mariposa y ahora es de mariposa a algo nuevo.
En términos de diseño gráfico, ¿cómo logras que algo se fije en la mente de las personas?
Siempre trato de simplificar todo lo más posible, ya sea en un proyecto personal o para un artista. Creo que en ese sentido tengo mentalidad de ingeniero, porque así abordo mis diseños: qué funciona, qué no, qué puedo quitar y cómo puedo hacer el diseño más sencillo. También procuro que transmitan mucha nostalgia.
Justo mencionaste el impacto cultural que tuvo el disco. No podemos pensar en Motomami sin tener presente su estilo visual. ¿Cómo ha sido vivir el éxito que tiene?
Creo que apenas si tengo palabras para describir todo lo que he vivido. En diciembre, Rosalía me invitó a su concierto en Londres y tuve la oportunidad de convivir con ella detrás de bambalinas. Fue algo grande para mí. Gané un Grammy por el diseño del disco, así que ha sido una locura desde que se lanzó.
Para ser honesto, cuando su equipo se acercó a mí, nunca antes había escuchado de ella y cuando la busqué, me di cuenta de que era una gran artista, incluso antes de que saliera Motomami y ella ganara todos esos premios.
Cuando escuché el disco por primera vez, me encantó la música, pero se me hizo tan único que dije ‘no creo que a todo mundo le vaya a gustar esto porque no es la típica música pop’. Pero desde entonces, todos los días pienso si esto que estoy viviendo es real.
Solo puedo decir que me siento muy agradecido que confíen en mí y me dejen participar en esto.