La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Maru Campos y Edibray Gomez: ponen a Chihuahua en el podio nacional.
· AMLO: autor del caos político y administrativo que sufre México.
Chihuahua tiene relevancia a nivel nacional. Su empuje económico siempre ha sido reconocido en el país, pues el desarrollo alcanzado en la agricultura, fruticultura, ganadería, minería e industria maquiladora, aunadas al comercio y los servicios, médicos y turísticos, son parte de la carta de recomendación que ha hecho de Chihuahua uno de los estados fuertes de México. Sin embargo, para continuar dando lustre a Chihuahua hoy toca el turno al deporte organizado. El Torneo de la Amistad, que bajo la conducción de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado da comienzo el lunes 16 de octubre con la presencia de 35 mil visitantes de diversos lugares de nuestro país y el extranjero, augura una derrama económica sin precedentes en la historia de los eventos efectuados en la capital.
Este Torneo de la Amistad es un evento deportivo de considerable alcance y dimensión desde el punto de vista deportivo, así como bajo la perspectiva económica y social, pues se prevé una derrama económica superior a 350 millones de pesos en la capital del Estado, que será sede de la justa durante la semana del 16 al 23 de octubre. Por lo pronto, según ha trascendido, la ocupación hotelera ya rebasa el 90%. Es pertinente reconocer la importancia de la labor desempeñada por Edibray Gómez, Sercretario de Turismo, quien junto con la Gobernadora Maru Campos ha jugado un papel relevante en la organización de este evento, considerado el mayor en la historia de Chihuahua.
Pareciera que los mexicanos ya nos estamos acostumbrando a la violencia verbal de tipo político que sale diariamente de la boca del presidente Andrés Manuel López Obrador. Mas bien pareciera que éste ya nos “domó” y logró hacernos ver como algo normal sus agresiones a grupos o personas opositoras, así como a intituciones o gobiernos locales o extranjeros no afines a sus conveniencias. Hoy, como desde hace meses, el tema de López Obrador es la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a la que desde el inicio de su administración ha venido tildando de inútil y corrupta.
Aunque el recrudecimiento de las desmesuradas y falsas acusaciones del presidente hacia el Poder Judicial tiene varias explicaciones, quizá la principal en este momento es de carácter económico. López Obrador busca hacerse de dinero “disponible” para “enfrentar” el año electoral 2024, y para ello ha decidido desmantelar el presupuesto de la SCJN mediante la desaparición de un considerable número de fideicomisos que dan soporte financiero a las actividades y compromisos laborales de esa institución.
Esto es evidencia del mal manejo financiero del Poder Ejecutivo Federal, cuyos excesivos y sospechosos gastos en obras como el Tren Maya, la Refinería “Dos Bocas” y el Aeropuerto Internacional “Felipe Ángeles” han rebasado considerablemente las estimaciones presupuestales originalmente calculadas. Por
ejemplo, la Refinería terminó costando 17 mil millones de dólares cuando su presupuesto inicial fue de 8 mil millones. Injustificadas sin duda, tanto la “destrucción” presupuestal emprendida por el presidente contra la SCJN, como el opaco destino que se daría a los recursos que se le pretenden quitar a ésta. Al sexenio de AMLO lo han caracterizado la inoperancia en materia de seguridad pública, la falta respeto por la institucionalidad y las formas políticas, y el desorden en el manejo financiero. Precisamente por esto último renunció a la Secretaría de Hacienda Carlos Urzúa, quien desde el primer año del sexenio advirtió el caos político y administrativo en el que Andrés Manuel López Obrador ha metido a México.