La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Claudia Sheinbaum: obligada a recuperar la confianza de Estados Unidos hacia México.
Es evidente que la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, está tratando de recomponer con Estados Unidos la tensa relación que dejó su antecesor y mentor, el expresidente Andrés Manuel López Obrador. El agravio y la desconfianza son los resultados de la mala conducción política del tabasqueño, quien, ajeno a la diplomacia y el cuidado de las formas, incurrió en descortesías, intromisiones y rechazos, que terminaron por situar a México en la lista de gobiernos no confiables para la Casa Blanca. Evidencia de esto es el operativo “Mayo Zambada”, silgilosamente ideado y ejecutado por el gobierno del ahora expresidente Joe Biden, sin la colaboración ni el conocimiento de la administracion lopezobradorista. Biden no dio aviso de esta operación a su homólogo mexicano, porque sabía que si lo hubiera hecho el plan habría sido un fracaso. Cuando los medios de comunicación dieron la noticia, López Obrador se enteró -con enfado- del exitoso operativo de inteligencia realizado en suelo mexicano por las agencias FBI y DEA, del gobierno norteamericano.
Otra señal del recelo con el que hoy nos ven los norteamericanos -e incluso el resto del mundo- es la rigida postura que ha adoptado hacia nuestro país el presidente Donald Trump, al dar comienzo a su segundo periodo de gobierno en los Estados Unidos, presionando fuertemente al gobierno de Sheinbaun en materia de seguridad, migración y comercio. En estos tres rubros ya se realizaron anuncios y acciones concretas por parte de Trump y su administración. Las medidas adoptadas han incluido: la gestión de modificaciones legales con miras a una posible intervención en territorio mexicano por parte de fuerzas de seguridad norteamericanas; el despliegue de tropas militares para reforzamiento de la contención migratoria en la frontera con México, así como redadas para deportación masiva de inmigrantes ilegales. Además, Trump ha advertido su intención de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas a partir del mes de febrero.
Así, bajo el panorama de constante presión que enfrenta el gobierno de Claudia Sheinbaum, ésta se halla obligada a mostrar receptividad ante las exigencias que plantea su poderoso e intransigente colega. Trump no es un hombre al que se le conozcan virtudes como la paciencia, la diplomacia, ni modales refinados. Claudia Sheinbaum -quien al parecer tampoco procede de la fina escuela, pues no se distingue por ser hábil en el manejo de la “mano izquierda”- no encontrará en Trump un escenario de pasividad y tolerancia como el que Biden dispensó a López Obrador permitiendo a éste ser negligente -e incluso irrespetuoso- en su comportamiento hacia el país vecino. La actual mandataria ha dicho que pretende dialogar y colaborar con el gobierno de Trump, pues sabe que está material, política y moralmente obligada a recomponer la relación con Estados Unidos, para proteger a México mediante el arreglo del desaseo diplomático e institucional provocado por el expresidente López Obrador. Sheinbaum no tiene otro camino más que el del entendimiento y la cooperación con nuestros vecinos estadounidenses; si sigue los
pasos de su padrino y antecesor infligirá a nuestro país un serio daño político y económico -mayor aún que el que causó el exmandatario nacido en Macuspana-.
carloshjaramillovela@yahoo.com
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.