La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· AMLO: encerrado “a piedra y lodo” bajo resguardo militar.
· Sheinbaum-Trump: después de las mutuas amenazas vino el diálogo.
Uno de los temas que ha recibido atención mediática es el relativo a la protección militar que el expresidente Andrés Manuel López Obrador recibe en su finca de retiro, en el Estado de Chiapas. Resguardo que es relativamente común en el caso de exmandatarios de nuestro país, y que sin embargo, en la circunstancia de López Obrador tiene especial connotación. Esta particularidad obedece al perjudicial escenario jurídico-político que López Obrador provocó en México, al ser responsable del cúmulo de reformas constitucionales que han destruido el andamiaje de división de poderes, Estado de derecho, libertades cívico-democráticas y derechos humanos, que daba fundamento a nuestra Constitución.
Andamiaje de libertad, justicia y democracia que ha sido eliminado de nuestra norma suprema, en virtud de la obsesión del expresidente por imponer en México un régimen totalitario que garantice la permanencia en el poder a la facción oligárquica -encabezada por él, su hijo Andrés Manuel López Beltrán, la presidenta Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López, Ricardo Monreal, Gerardo Fernández Noroña y otros operadores- que se ha apoderado del gobierno de nuestra nación a través de una narrativa populista y demagógica.
Mediante estos lesivos cambios jurídico-políticos, cuyas perniciosas repercusiones para la vida política, económica y social de nuestro país ya se asoman, Andrés Manuel López Obrador afectó en forma grave el interés y el porvenir de todos los mexicanos. Además, López Obrador es para MORENA -partido fundado por él- una especie de “abeja reina”, pues aún sigue dictando el rumbo de este partido, así como las principales directrices políticas del país -aunque la presidenta Sheinbaum no pueda ni quiera confesarlo-. Por ello no es extraño que López Obrador hoy se encuentre resguardado “a piedra y lodo” por una cuadrilla militar, en su rancho, cuyo desagradable nombre, por todo el mundo conocido, describe también a la perfección el resultado de su mal ejercicio de gobierno.
La reciente conversación sostenida por la presidenta Claudia Sheinbaum, con Donald Trump, quien el 20 de enero asumirá la presidencia de los Estados Unidos, es resultado del legado negativo que dejó a la mandataria su padrino e inmediato antecesor, el hoy expresidente Andrés Manuel López Obrador. Este nefasto saldo que originó tal charla telefónica tiene sus causas en la falta de control a la inmigración ilegal y al tráfico de drogas propiciada por la negligencia del gobierno lopezobradorista, pues estos temas -además de los relativos a la incertidumbre jurídica y económica generada por las erróneas y retrógradas reformas constitucionales impuestas en modo autoritario por AMLO- forman parte esencial de la agenda que Trump desplegará durante su segundo mandato presidencial, tal como la advirtió durante su última campaña electoral.
A fin de resguardar a su país de la inmigración ilegal, la entrada de fentanilo y demás drogas, hace días Trump advirtió a México y Canadá que de no frenar en sus fronteras con Estados Unidos el flujo de drogas y migrantes impondría un arancel de 25% a los productos que exportan a la potencia norteamericana. Mediante una carta -no muy diplomática-, Sheinbaum respondió a Trump con iguales advertencias, diciéndole que México también podría aplicar aranceles a los productos estadounidenses. Sin embargo, después de los amagos de ida y vuelta, Sheinbaum y Trump dialogaron telefónicamente, bajo el compromiso hecho por la mandataria mexicana para brindar colaboración eficaz en estos temas.
carloshjaramillovela@yahoo.com
Miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua, A.C.