· El discurso y la actuación presidencial… continúan dañando a México.
La columna
POR CARLOS JARAMILLO
· Sergio Carrillo Escudero: las fortalezas de un perfil interesante.
· El discurso y la actuación presidencial… continúan dañando a México.
Algo que quizá algunas personas no conocen de Sergio Carrillo Escudero, candidato del PRI a la presidencia municipal de Chihuahua, es su vasta trayectoria en actividades empresariales, así como en tareas altruistas de beneficencia, labores éstas por medio de las cuales Sergio Carrillo ha dejado huella en los aspectos económico y social de la capital del Estado. Dichas facetas de la vida del candidato priista, que quizás resulten hasta ahora desconocidas para muchos, son importantes en el ejercicio de la función pública. Como empresario, Sergio Carrillo ha sabido crear administrar y hacer prosperar empresas mediante las que ha logrado generar bienestar y prosperidad económica para las familias de sus empleados y la suya propia. Grúas KEYLA y Grupo Keyla son unas de las empresas que desde muchos años atrás creó, y hasta la fecha continúa dirigiendo, el ahora candidato del PRI a la alcaldía capitalina.
En el aspecto social su labor también ha sido trascendente, pues ha constituido organizaciones sin fines lucrativos, cuyo objeto es el beneficio de sectores vulnerables de la población; entre las instituciones creadas por Sergio Carrillo figuran la Fundación de Apoyo a Centros de Rehabilitación (FACER), y un Comedor para Personas Indigentes y Migrantes. A través de la primera de estas organizaciones filantrópicas fundadas por Sergio Carrillo, se brinda respaldo económico y material a centros que albergan y atienden d personas con problemas de adicciones; mientras que el fin social de la segunda de ellas es brindar gratuitamente alimentación a grupos de personas indigentes o migrantes, que deambulan por la ciudad capital. Sin duda, la sensibilidad social y la capacidad empresarial demostradas por Sergio Carrillo, mediante su vida personal, constituyen experiencias de importante valor para el desempeño del servicio público, y le dan especial fortaleza al perfil de su candidatura.
El discurso presidencial continúa siendo rígido, áspero, beligerante. Nunca como hoy, el país se había visto envuelto en una situación de polarización tan marcada. La responsabilidad de esto es fundamentalmente del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien desde que tomó posesión del cargo no ha dejado de agredir a quienes él considera sus enemigos o detractores. Lo mismo arremete en su discurso contra empresarios, periodistas, intelectuales, y líderes de partidos de oposición, que contra incluso instituciones y órganos autónomos, tales como el Poder Judicial de la Federación o el Instituto Nacional Electoral, entre otros.
La situación en la que el país se encuentra es realmente de desunión, confrontación y falta de armonía política. Esto, sin duda, es producto de la forma en la que se está conduciendo ante los mexicanos el titular del Poder Ejecutivo. El
presidente López Obrador, por la función e investidura que tiene, debe asumir un comportamiento que motive y llame a la concordia y solidaridad del pueblo de México, para evitar su confrontación. Por desgracia, la pendenciera actitud que el gobernante mexicano ha asumido, no sólo causa conflicto dentro del país, sino también más allá de nuestras fronteras, donde se le ve con desconfianza y suspicacia, empezando esto a generar un desaliento a posibles inversiones extranjeras.
Así, bajo tal escenario, es claro el perjuicio social y económico que está causando la política beligerante emprendida por el presidente López Obrador. En lo social no se necesita un gran esfuerzo para comprender que el daño infligido a México por la incendiaria presidencial, es precisamente el enfrentamiento que a través de su narrativa verbal el primer mandatario está provocando entre unas y otras clases o estratos de la sociedad mexicana. El suele hablar de “conservadores”, quizá pretendiendo hacer creer que quienes no piensan como él son enemigos del país.
Por lo que respecta al ámbito económico, tampoco resulta difícil entender las nocivas consecuencias que la actuación presidencial ha traído. Los reiterados y conocidos desaires que el presidente López Obrador ha hecho al sector empresarial -nacional y extranjero-, mismos que incluso han llegado a rayar en la ilegalidad, como es el caso del desconocimiento de contratos y concesiones previamente pactados por el Estado mexicano, han causado el desaliento de los inversores y generadores de empleos, tanto del país como del exterior.
Aunque son graves los problemas y necesidades que el país enfrenta, pareciera que al jefe de las instituciones nacionales lo único que le interesa es sacar adelante el proceso el proceso electoral a favor de MORENA. Con notoria ausencia de atención a muchos de los rubros de la agenda nacional que hoy reclaman del Gobierno Federal una atención urgente, lo único que se ve y se escucha en las conferencias mañaneras del presidente López Obrador son sus denostaciones y ataques contra la prensa, las instituciones, los actores políticos y todos aquellos ciudadanos u organizaciones de la sociedad civil, que -con argumentos y en ejercicio de su libertad de expresión- cuestionan y critican los desaciertos del presidente.
La intromisión -ilegal- del presidente en asuntos electorales también es clara, a pesar de las prohibiciones legales que tiene el deber de acatar. Han sido retiradas las ocasiones en las que el Instituto Nacional Electoral y los medios de comunicación se lo han advertido al primer mandatario del país. La respuestas del presidente a estas críticas han sido simplistas y carentes de fundamento, pues argumenta estar en el ejercicio de su derecho a la libertad de expresión. El mandatario, todos los días predica la legalidad y la lucha contra la corrupción, cuando señala a los que considera sus detractores, sin embargo, no reconoce la ilegalidad que existe en no pocos de los actos en los que él incurre cotidianamente.
Resulta conveniente referir que la inseguridad y la violencia en todo el territorio nacional han llegado a extremos alarmantes; la economía del país ha entrado en un escenario complicado, ya que la inflación en este año ya supera el 6%, -el doble de lo registrado en el año anterior-. También es pertinente señalar que han sido objeto de numerosas críticas los costosos mega proyectos que el presidente López Obrador se empeñado en sacar adelante como legado de su administración, tales como la Refinería Dos Bocas y el Tren Maya, las cuales son vistas por muchos analistas como obras de escasa o nula utilidad, derivadas del capricho personal. En sus primeros tres años de gobierno, el desempeño del presidente López Obrador deja mucho qué desear. El progreso de México exige acciones sustanciales y de verdadero beneficio; la irritación social y la demagogia, alimentadas mediante el discurso presidencial, no son el camino adecuado para lograrlo.