· Rechazos legislativos a las pretensiones de AMLO: mensaje político innegable.
· Ricardo Monreal: con un pie fuera de MORENA.
La columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
Otra vez en medio de la polémica se encuentra el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard, quien al haber publicado en redes sociales la fotografía “selfie” que se tomó con su esposa Rosalinda Bueso en el funeral de la Reina Isabel, fue objeto de crítica en las redes sociales dentro y fuera del país, así como por medios de comunicación mexicanos y británicos. La investidura del funcionario y el carácter de su presencia en las honras fúnebres de la monarca inglesa son razones más que suficientes para entender que resulta muy superficial y de mal gusto publicar fotografías de esa naturaleza. El secretario Ebrard asistió al protocolo funerario con la representación de México y su presidente, Andrés Manuel López Obrador, es decir, en visita de tipo oficial y no en viaje de placer. Por ello, la conducta del político no solo lo ha puesto en ridículo a él, sino también a su jefe el primer mandatario, y al país entero. Marcelo Ebrard nos hizo quedar mal a todos los mexicanos.
El rechazo manifestado en el Senado de México, ante la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador por extender hasta el año 2028 la presencia militar en las calles con el objeto de combatir la delincuencia y criminalidad que afecta al país, tiene una innegable connotación política. El mismo sentido tuvo la decisión de la Cámara de Diputados, al no aprobar la iniciativa de reforma eléctrica que meses atrás planteó el titular del Poder Ejecutivo. Si bien, es una realidad indiscutible que el ejército nacional es el único ente público mexicano capaz de combatir al desbordado problema de inseguridad pública -que se ha salido del control del gobierno en el actual sexenio-, no menos cierto es que la postura de los legisladores tiene un mensaje que va más allá del tema de la seguridad. Lo que se halla detrás de los fracasos sufridos por el presidente López Obrador en relación a la reforma eléctrica y la continuidad de la presencia del ejército en las calles, planteados respectivamente en las cámaras de diputados y de senadores, es la expresión de una parte importante de la clase política mexicana que está en desacuerdo con el autoritarismo y la intolerancia que el presidente ha mostrado durante todo su ejercicio de gobierno. El mensaje es claro: AMLO ha provocado una marcada división en la clase política de México.
Si por las vísperas se sacan los días -como dice el refrán-, es claro que el senador Ricardo Monreal pronto abandonará al presidente López Obrador y a su partido MORENA. En algunas de las más recientes declaraciones vertidas por el actual legislador y ex-gobernador zacatecano, éste no solo reiteró a un medio de comunicación que el presidente ya no le habla sino que además dijo que esto se debe a intrigas generadas en su contra por quienes rodean al jefe del Poder Ejecutivo y lo “encapsulan”, con lo cual deja entrever que quienes “le hablan al oído” al mandatario conspiran contra el senador y sus aspiraciones presidenciales. Monreal también añadió que si él no es bien visto en MORENA, y no se le permite
ni siquiera participar en la contienda por la candidatura presidencial de 2024, es mejor retirarse de ese partido. Así de claro está el escenario que podría configurar el preludio del fin de la era morenista en el currículum de Monreal.