· Fin del quinquenio: bancarrota gubernamental y cisma panista.
La Columna
POR CARLOS JARAMILLO VELA
· Donald Trump: un presidente que quizá jamás debió serlo.
· Fin del quinquenio: bancarrota gubernamental y cisma panista.
La toma del Congreso de los Estados Unidos, realizada de manera violenta hace unos días, constituye una violación considerable a la institucionalidad de ese país. El presidente Donald Trump es responsable de lo acontecido, pues incitó a la turba que se apoderó por asalto de las instalaciones legislativas, dando por resultado la muerte de cinco personas, entre ellas algunos policías. Nunca en la historia de ese país se había presentado una situación de esta naturaleza. En su afán por aferrarse al poder, el presidente llegó hasta niveles impensables, cruzó todos los límites, violentando con su irresponsable actuación las normas que él tiene la obligación principal de respetar. La irrupción en el Capitolio aconteció mientras los congresistas de los partidos demócrata y republicano certificaban el triunfo electoral obtenido por Joe Biden, candidato del primero de estos en la elección presidencial de noviembre de 2020. El origen del problema se halla en la absurda postura del presidente Trump, quien sistemáticamente y sin argumento alguno se ha negado a aceptar el resultado electoral que no le favoreció, al ser electo Joe Biden como próximo presidente de ese país.
No obstante los pronunciamientos de los órganos electorales estadounidenses, quienes luego del cómputo de la votación anunciaron de manera oficial y veraz el resultado favorable al partido demócrata y su candidato presidencial, y a pesar del reconocimiento internacional brindado por varios jefes de Estado al presidente electo Biden, el mandatario saliente, Donald Trump, se rehusó permanentemente a reconocer su derrota, y a través de una defensa legal intentó revertir el resultado que en realidad era irreversible. Al ver fracasados sus intentos por mantenerse en el poder, Trump optó por el camino menos recomendable: el de la incivilidad, la violación a las normas y el quebranto de las instituciones, ocurriendo lo que el mundo entero pudo constatar con estupefacción al conocer los aciagos hechos del miércoles 6 de enero de 2021, suceso que quedará marcado como uno de los más tristes y denigrantes para la historia política y democrática de Estados Unidos y del mundo.
Hoy, a escasos días de que tome protesta el nuevo presidente, Biden, el jefe de Estado saliente enfrenta un juicio político que es respaldado tanto por demócratas como por republicanos. Polémica y contradictoria fue desde su inicio la administración de Donald Trump, ya que la beligerante personalidad de este magnate empresarial que jamás había incursionado en la vida púbica, así como sus desplantes carentes de prudencia política y sus actitudes racistas, fueron las notas discordantes que caracterizaron a su accidentado desempeño al frente de la presidencia de la mayor potencia del mundo. Así, el triste fin del mandato de Donald Trump resulta acorde a lo que fue la desatinada trayectoria de este mientras ocupó la Casa Blanca. Donald Trump es el menos político de los que
mandatarios que ha tenido Estados Unidos. Hoy, los hechos demuestran que tal vez Trump sea un presidente que jamás debió serlo.
Compleja en extremo, sin duda, es la situación que hoy vive el Estado de Chihuahua, al encontrarse en bancarrota sus finanzas. Además, se halla políticamente segregado el gobernador Javier Corral, al no contar con el respaldo del Congreso para la adquisición de nuevos empréstitos. En el ocaso de este quinquenio, caracterizado por la inexistencia de obra pública y el desaseado manejo de los recursos financieros, se ha visto el gobernador en la necesidad de recurrir a la Federación, quien le hizo un adelanto del presupuesto 2021, para poder hacer frente a las urgentes necesidades económicas del momento.
Aunada a lo anterior, la seria disputa que existe al interior del Partido Acción Nacional, promovida desde el Palacio de Gobierno a raíz de la animadversión existente entre los grupos encabezados por el mismo gobernador y la ex alcaldesa María Eugenia Campos, constituye otro factor adicional que enrarece el ambiente político en Chihuahua. Así, en este complicado entorno cierra su ejercicio quinquenal la administración panista en un escenario que puede catalogarse como verdadera debacle económica gubernamental, y con un profundo cisma político al interior del partido en el poder.